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La rabia apoderándose de mí es fuerte. La nieve aumenta bastante, algo que a ti te estremece. Me obligo a calmarme, ya que no deseo hacerte daño. Al menos no a ti. En estos momentos mi rabia solo va dirigida a un solo objetivo.

¿Quién ha dejado asi tu rostro?

El espíritu de la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora