Me levante como cualquier día normal haciendo mis quehaceres diarios. Al vivir sola disponía de mucho tiempo para aquello. Tampoco me gustaba la idea de vivir así, no me gustaba la soledad, me mantenía con un constante sentimiento de angustia, pensamientos que debería disipar.
Me costaba tener la sensación de ser excluida, de que nadie me hablara, pero con el tiempo llegue a conocer a unas muy buenas amigas, de hecho mis unicas amigas que he tenido desde que tengo memoria, siempre me costo hacer amigas, soy muy insegura, vergonzosa, me cuesta hablar con la gente, siempre en la escuela fui una chica callada nunca hable mucho a menos que fuera necesario.
Pero bueno, la verdad es que me hice amigas gracias que descubrieron que me gustaba el anime, en particular hunter x hunter, siempre hablamos de eso.
De pronto un golpe a la puerta me saca de mis pensamientos, me pregunté quien sería para molestarme tan temprano siendo las nueve a penas. Abrí la puerta encontrándome con una de mis amigas. Paula, quien siempre estaba alegre como si hubiera bebido muchos cafés.
- ¡¡¡___!!!! ¿Todavía estas en pijama? - Dijo entrando velozmente. .
- Y tu siempre tan emocionada por comenzar temprano ¿Verdad?.
- Sabes que si. No aguanto estar sin hacer nada. - Me miro detenidamente. - ¿Por qué rayos no te cambias de ropa?
- Sabes que prefiero arreglarme una vez ya limpio todo, pero bueno, no hablemos de mi ¿Qué haces en mi casa tan temprano? Y sin avisarme que vendrías. - Me acomodé en mi sofá viendo al torbellino de mi amiga caminar por mi casa.
Sentí que había cometido un error al preguntar al ver como clavo su mirada en mi.
- Tiene que se una broma ¿Verdad? - No le respondí. - Por dios. Te recuerdo que hoy, vendríamos todas a tu casa.
- Mierda lo olvide, pero ¿Para eso estan las amigas no? Me ayudaras mejor amiga .- Dije con mi mejor voz de suplica, muy lastimera.
- No es necesario que supliques, pero es la última vez. - Se ató el cabello con dramatismo. - A veces me siento como si fuera tu madre.
No puede evitar reírme en por su comentario, si a veces parece mi madre, mandándome y recordándome siempre la cosas. Después de aquella plática me ayudo a limpiar la casa, dándome el tiempo de poder bañarme y vestirme decentemente. Me puse un vestido azul con una sutiles flores blancas que me llegaba hasta la rodilla.
DOS HORAS DESPUÉS
Ya teniamos todo limpio con las cosas preparadas y nos tiramos al sofa a descansar. Cinco minutos después mi amiga hablo ya sabía para que era para molestarme.
- Oye ____, aquí en nos...¿Cuándo saldrás con algún chico? Nunca hablas de salir con alguien. - Me dio un codazo amistoso. - Ya es hora qué te diviertas con alguien nada serio pero podrías conseguir diversión.
Me fastidiaba ese tipo de preguntas que resultaba una constante preocupación para mi familia y circulo cercano. Entre mis ganas de darle un golpe o mirarla con odio preferí mirarle con fastidio.
- Paula, no me interesa ningún chico hasta el momento, no tengo tiempo para esos juegos que la verdad no me apetecen.
- Lo sé, lo sé. No me pongas esa cara, solo quería matar el tiempo. - Se encogió de hombros aún risueña.
Y gracias a dios que la puerta sonó liberándome de esa conversación. Eran Elma y Tara, mis otras amigas quien llegaron sonriendo de oreja a oreja acomodándose en el otro sofá de tres cuerpos.
- Uy que arreglada estas hoy ____ - Habló Tara analizandome por completo.
- ¿Será que saldrás con un apuesto galán después? - Siguió Elma pícaramente
