Capitulo 33

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-solo cásate conmigo y olvidemos todo. -su mirada lo decía todo lo decía de verdad.
-enloqueciste -tire de su agarre pero era imposible salir.
-ya perdimos demasiado solo podemos recuperar confía en mi.
-¿como quieres que confíe en ti? -sabía que lo decía con sinceridad y quería creerle pero no podía. - es absurdo que me pidas algo así si me has mentido todo este tiempo.
-no podía decirte nisiquiera podía aceptarlo.
-sé que intentaste hacer lo mejor pero me heriste de la peor manera me hiciste perder la confianza que aún tenía en ti -su agarre se hacía débil - lo mejor es alejarnos lo nuestro es imposible solos nos hacemos daño.
Y su agarre se soltó en ese momento creí que me dejaría ir y terminaríamos todo, pero no pasó eso me abrazo. Podía sentir como temblaba ligeramente.

-solo dame una oportunidad solo una.
-no es tan simple solamente nos hemos lastimado- en mi interior luchaba por mantenerme tranquila necesitaba llorar pero no quería.
-  se que es imposible volver al pasado y arreglar todo pero aún así podemos curar nuestras heridas lentamente  -ahora me miraba a los ojos me dolía estar en esta situación mirando sus ojos que solo reflejaban tristeza- déjame tratar de que vuelvas a confiar en mi si no cada uno se va por su lado.
-S-solo volvamos a casa ¿si? -No podía responderle me sentía demasiado mal para seguir con la conversación y más aún en nuestros estados.
-Soy obstinado no te dejaré sin intentarlo.
-lo sé, ahora solo volvamos no quiero seguir en esta casa -jale de su mano guiándolo a la salida de verdad necesitaba salir de ahí era como si hubiera una gran presencia maligna ahí y me oprimía el pecho.
El camino fue silencioso casi como dos desconocidos en un mismo sendero aún no sabía si nuestros destinos se separarían o nos unirían nuevamente. No quería pensar demasiado en lo que pasaría solo tengo claro que no estoy lista para dejarlo ir, aunque si tengo que hacerlo lo haría aunque mis sentimientos digan los contrarío.

-no es necesario que me acompañes a mi habitación - Ya habíamos llegado y rondaba  la media noche todos estaban alerta cuando llegamos y aún así no pude decirles nada.
-quiero que llegues bien - ya estábamos en la entrada para terminar con este fatídico día.
-mañana hablamos ¿si? -estás a punto de cerrar la puerta cuando me jala del brazo.
-solo quería decirte que pienso a diario en cómo sería ella en lo feliz que pudimos ser-sus ojos se mantenían cerrados como si añorara sus pensamientos.
-p-por favor Kurapika -mi mano ya estaba entre las suyas- No me presiones.
-sé que solo hoy acabas de recordar todo y mucho más el aceptarlo, pero necesitaba decirte que no hay un día en que no piense si tan solo hubiera llegado antes nuestra vida sería diferente.
-tratemos de descasar por favor -no pude más entre rápido no lo soportaba caí llorando. Era verdad solo hoy me había dado cuenta que la perdí y aún así en el fondo tenía claro que había perdido algo importante. Los dos estábamos de alguna manera igual me había escondido todo por un largo tiempo aguantando la culpa día a día, soportando el verme al mismo tiempo mi hostigamiento de querer saber todo y él sabiendo que esto nos dejaría en el suelo.

Y así los días fueron pasando trataba que fueran soportables incluso normales y era difícil más aún si en la mayoría de las mañanas habría mi puerta y kurapika estaba durmiendo en la entrada. Tenía claro que sufría tanto como yo incluso más, sé que se culpaba a diario por todo aún nisiquiera me hablaba solo eran miradas y palabras escasas. Queríamos mejorar pero hasta sostenerlos la mirada nos era difícil.

Pov Kurapika.
-tienes que salir de ese agujero de una vez kurapika - y ahí estaba de nuevo con su regaño diario.
-necesito poder mirarla a los ojos y me es imposible- Me sentía abrumado. Todos me decían que hacer, sin embargo simplemente mis pensamientos estaban acabando conmigo.
-..¿la amabas? O solo sientes culpa..?.
-¡claro que la amo!..Solo es difícil. Es como si unas pared estuviera entre nosotros.
-Es momento que la rompas! -me sacudió de los hombros- Cuando llegues a casa irás directamente donde ella y ¡romperás esa maldita pared! -se veía tan decidido diciéndome esas palabras. Y era verdad, tenía que avanzar para salir de este laberinto sin fin.
-Eres un buen amigo Leorio.
-Lo sé, lo sé. No tienes que agradecerme.

¿Podremos estar juntos? (Kurapika y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora