Aria
-No te alteres pero... se ha ido a pasar el día con George y Alice- dice Alex de forma cautelosa. ¿Están locos? ¿Cómo la dejan ir con esos monstruos? Cojo aire y lo suelto tranquilizándome
- ¿Por qué?- digo fría, toda la alegría que tenía se ha esfumado.
-Tu padre-La miro advirtiéndole- George dijo que quería que Naira se acostumbrara a estar con ellos ya que pronto lo estaría.- dijo ahora Irina. Me levanté furiosa. Naira no estará con ese hombre ni esa zorra, no.
-¡No!¡No voy a consentirlo!- me estoy moviendo mucho. No, otro ataque de ira no. Ían se levanta y me coge por los hombros.
-Mírame a los ojos Aria- lo miro- tranquila, respira profundamente, Naira estará bien, no se irá con ellos no lo permitiremos. - Respiro profundo y me relajo un poco. Solo el sabe como tranquilizarme realmente. Ían me acerca más a él y me abraza fuerte.
-No quiero que le haga daño- susurro.- Esa mujer no me da buena espina, no se lo que busca y no quiero que le haga daño- digo refiriéndome a Naira pero en parte también a George.
Siento los brazos de Alex rodearnos y besa mi cabeza
-Ya está pequeña, no le pasará nada. Te lo prometo- su voz suena segura, por lo que me relajo. Sigo abrazada a mis hermanos un poco mas hasta que me calmo completamente.
Alex se separa y abraza a Irina quien tiene lágrimas en sus mejillas. Ían no me suelta y se lo agradezco.
-Chicos- los llamo.- Quiero chocolate- sueltan una carcajada. Alex asiente y se va a la cocina. Ían se separa de mi. Y me mira a los ojos
-¿Estás mejor?- asiento sonriendo
-Gracias- lo abrazo una vez más.
-Es mi trabajo como hermano mayor- besa mi cabeza y sonríe. Me separo de el y cojo el chocolate que ha traído Alex. Todos me imitan y nos sentamos en los sofás quedándonos toda la tarde viendo películas.
A las 8 Irina y Alex se marchan diciendo que irán a por Naira y que mañana vayamos a comer a su casa y por muy sorprendente que sea, Alex dijo que podía llevar a Dylan.
Voy a mi habitación y me doy una ducha. Cuando salgo del baño mi teléfono suena, es Ana. Nos hemos vuelto buenas amigas en este tiempo. Cojo el teléfono.
-Hola Ana- pongo el altavoz
-Hola Aria. ¿Haces algo esta noche? - me pongo mi ropa interior
-Em, si. Tengo una cita- digo como si nada y me pongo una falda negra con medias negras y un top vaquero ajustado.
-Ahh -chilla - ¿Con quien? - no quiero decírselo, se que hay tensión entre ellos. Me acerco ala cómoda para arreglarme el pelo. Me rizo las puntas.
-Con un chico- me hago la línea del ojo y me pongo rímel. Y un gloss suave color rojo-rosa
-Eso ya lo supuse- se ríe -¿Qué chico? - me pongo unas converse y decido decírselo
-Dylan - me acerco al móvil. Ya son las 20:50. En 10 minutos estará aquí. Hay un silencio en la línea- ¿Ana?
-Ah... si claro. Oye hablamos luego, ya me contarás, adiós - dice rápidamente
-Am si claro, adiós - y cuelga. ¿Qué le pasa?
Cojo una chaqueta blanca algo corta y salgo de la habitación. Decido no llevar bolso, llevaría mi cartera y móvil en mis bolsillos. Diez minutos después llaman al timbre. Abro la puerta. Dylan está vestido con unos jeans negros y una camiseta azul de The Beatles con unas converse negras como las mías.
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No te dejaré ir
RomansaDesde que su madre murió, Aria no es la misma. No sonríe tanto y está más callada. Siente que su padre la odia. ¿Pero puede realmente un narcotraficante querer a alguien? Lo único que la mantiene en pie son sus hermanos. Y después está Dylan. Dylan...