Dylan
Sigo a Aria que sigue corriendo hasta salir al jardín. Camina un poco mas y se sienta en el suelo y pone su cabeza entre sus rodillas. Sigo su camino y me siento a su lado para abrazarla para tranquilizarla. Cuando se calma se separa un poco para mirarme.
-Gracias- dice en un susurro.
-No hay de que- le sonrío.- ¿Quieres hablar?
-¿Vas a escucharme?- dice intentando sonreír
-Si no fuera a escucharte no te lo preguntaría- me río un poco haciéndola reír. ¿Cómo es posible que me guste tanto su risa?
-Okay- suspira- Era un día normal. Me levanté temprano para hacer el desayuno con mi madre y Marñía. Al llegar a la cocina mamá no estaba. María me dijo que se había ido con papá, lo que me pareció raro ya que nunca lo hace. Mis hermanos se despertaron unas horas después y también les pareció extraño. Naira ese día no paraba de llorar estaba muy alterada, creímos que era normal, así que no dimos mucha importancia. Eran casi las 9 de la noche cuando papá volvió pero mamá no estaba con el. Recuerdo preguntarle por ella pero él dijo que ella ya debería de estar en casa hace horas, que se había ido en su coche. Mi padre se angustió, lo vi en su mirada pero no lo dijo, solo dijo "en cualquier momento llegará, a lo mejor se ha ido al centro comercial", eso nos calmó un poco, eso me dio esperanzas, ¿sabes? Pero las horas pasaban y no volvía. Me estaba desesperando eso no era normal. Mamá era muy de estar en casa con nosotros. A las 23:58 alguien llamó a la puerta. Papá se apresuró en abrir detrás de ella estaba un hombre grande y daba miedo. Recuerdo perfectamente sus palabras: "La próxima vez que nos traiciones piensa en tu familia... bueno lo que queda de ella" y se rió, era una risa espeluznante. Después le dio un papel y papá salió corriendo tras decirle a Alex que no abriera a nadie y que cerráramos todas las puertas, ya que María no estaba en casa. Esperamos durante horas. Cuando se abrió la puerta entró solo papá. Le preguntamos por mamá pero dijo las palabras que acabaron con nosotros. Había muerto. Mi ejemplo a seguir había muerto. - suspira y la abrazo más fuerte- Yo no podía creerlo. La persona que me dio la vida, la que me consolaba cuando tenía pesadillas, estaba muerta. Mi mundo se vino abajo. Mis hermanos me abrazaban mientras también lloraban. Alex lo hacía en silencio. La habían matado. Al día siguiente escuche a mi padre hablar por teléfono y supe porque había venido aquel hombre. Mi padre estaba metido en las drogas. Narcotráfico y era de los mas poderosos. No me lo podía creer. Estuve días sin comer. No le dirigía la palabra y él a mi tampoco. Él sabía que yo lo sabía.- Suelta una risa irónica.- Pero, ¿qué iba hacer una niña de 12 años contra su padre? Nada. Nos ignorábamos, así durante 1 año en el cual solo hablaba con mis hermanos y María, con pocas palabras. Y mis amigos me abandonaron. No les hablaba pero aun así deberían entenderme, pero no lo hicieron. A los 13 empecé a hablar más con mis hermanos, Alex había conocido a Irina, ella fue de gran ayuda para mi, aunque ella tuviera 16, siempre me escucho y yo a ella. Se convirtió en mi mejor amiga. Pero no fue hasta los 14 cuando mi padre me empezó a hablar y no para consolarme precisamente. Me odiaba, me trataba mal y no sabía que hacer. Alex decía que ya se le pasaría. A los 15 mejoró algo pero no mucho. Ya no me trataba mal pero seguía odiándome. Empecé a salir de casa por las noches para no tener que verlo, mis hermanos me decían que no lo hiciera pero nada me importaba a esa edad. Alex ya era independiente y vivía con Irina. Al acabar el instituto me inscribí en Harvad, para separarme de él. Ían hizo lo mismo y entramos los dos. Fue genial- finaliza con una pequeña sonrisa. Lágrimas amenazan con salir de sus ojos pero no lo hacen. Es una versión de los hechos diferente a la que me han contado a mi, ¿por qué no me han dicho la verdad?
-Wow-. Es lo único que sale de mi boca. - No me esperaba que pasases por todo eso.- Y es cierto eso no lo sabía.- Eres increíble ¿Lo sabes?- le digo a lo que ella suelta una carcajada.
-Soy genial, lo se- dice como una diva y estallamos en carcajadas. Es tan fácil reírse con ella. Me encanta tanto su compañía que estaría a todas horas con ella.
-Y que pasó con el Narcotráfico?
- Aún sigue con eso. Él se lo contó a la familia. Nos hizo ir a clases de defensa personal, aprender a disparar un arma, como hackear y todas esas mierdas. Y un algo opcional más, Ían corre en carreras clandestinas, Alex quiso quedarse así y yo hago boxeo.
-¿Boxeas?- dije intentando sonar sorprendido.
- Has oído hablar de la guerrera
-Si- digo obvio. ¿Quién no ha oído hablar de ella?
-Pues la tienes delante-. Se ríe. La he visto pelear pero nunca deja ver su rostro. Es increíble.
- La chica mas preciosa de la universidad y buena estudiante de día y boxeadora sexy en las noches, me gusta
Aria me mira y yo la miro, tiene unos ojos hipnotizadores, me encantan. Nos estamos acercando lentamente, cada vez más cerca, roza sus labios con los míos. Llevo seis meses esperando por este momento, así que los uno. Nuestros labios encajan a la perfección parece que fueran echos para estar juntos. Pase mi lengua por su labio inferior y abre la boca. Nuestras lenguas juegan a un juego sin ganador. Empieza tierno pero se está volviendo apasionado. Bajo mis manos desde su mejilla a su cintura para cogerla y sentarla sobre mi. Yo en medio de sus piernas. Me voy tumbando despacio en el césped. Bajo mis manos a sus muslos y las meto por dentro del vestido, su piel es muy suave, y ella mete sus manos en mi camisa. Esto es demasiado. Se separa de mis labios un momento pero vuelve juntarlos.
-Oye chicos, ¿estáis.... - hace una pausa- bien?- nos separamos y nos giramos para ver quien era.
Aria
Nos giramos y vemos a Irina sonreírnos de forma pervertida desde la puerta.
-Ahora vamos- le digo con una pequeña sonrisa aunque nos haya interrumpido.
-Que suerte habéis tenido de que haya sido yo y no Alex ni Ían- nos guiña un ojo y vuelve a entrar. Miro a Dylan quien está sonriendo.
-Eso fue intenso- dice.
-Si - me levanto y el me imita. -Vamos antes de que venga alguien mas- empiezo a caminar
-Pero antes... - me coge del brazo y pega mis labios a los suyos en un beso tierno. Cuando nos separamos sonríe de nuevo.-Ahora si, vamos- me coge la mano y entramos. Al llegar al salón veo que Naira no está. Supongo que estará arriba para que no tenga que estar en medio de esto.
-¿Por qué tienes los labios hinchados?- pregunta Alex y abro mucho los ojos. Vale vale, relájate Aria, sabes controlar esto. Antes de que hable Alice se me adelanta
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No te dejaré ir
Roman d'amourDesde que su madre murió, Aria no es la misma. No sonríe tanto y está más callada. Siente que su padre la odia. ¿Pero puede realmente un narcotraficante querer a alguien? Lo único que la mantiene en pie son sus hermanos. Y después está Dylan. Dylan...