Corazón de hielo (YAOI) M-Preg (TERMINADA)

Cap2: "Mami al rescate"

POV.NARRADORA.

Feiver estaba en el hospital, tenían que ponerle la inyección, estaba nervioso pues era un tratamiento algo doloroso, estaba solamente con una blusa grande que cubría su desnudes, acostado en una camilla. Cuando de repente, entró un doctor, este estaba temblando y sonrojado, tenia una jeringa con droga dentro. -Ho-hola pequeña... P-parece que es hora de revisarte- sonrió excitado mientras se acercaba el inocente chico. -S-si! Estoy algo nervioso...podría ser gentil?- susurró tímidamente mientras jugaba con sus dedos, lo que no sabia... Era que el doctor tenia otras intenciones con el chico. -C-claro... S-solo relajate- acercó su mano a su delgado y blanco muslo para admirar algunas pecas y acariciarlo. -Ha-hace cosquillas- susurró levemente mientras se sonrojaba. El doctor no pudo mas, y cuando estuvo a punto de lamer el muslo, una mano delgada y fría tomó el cabello del doctor con fuerza y lo separó. -Oh! Lo siento!... Creó que se equivocó de paciente- sonrió aoba inocentemente mientras empujaba al doctor lejos de su hijos. -Ah! Hola mamá! Que bonito te vestiste- sonrió feiver, el peliazul tenia una chamarra blanca con azul y amarillos, una camisa azul oscuro, unos pantalones de mezclilla, y unos audífonos rosados. aoba le devolvió la sonrisa dulcemente. -Feiver... Mi niño, podrías tapar tus oídos un momento? Y tus ojitos - susurró aoba inocentemente mientras aun tenía al hombre en el suelo. Feiver obedeció rápidamente.

Aoba miró seriamente al doctor, sus ojos se volvieron amarillos. El doctor empezó a gritar -O-oiga!! Usted no debe de estar aquí! Yo estoy a cargo de la chica y~- aoba lo interrumpió. -Cierra tu maldita boca que solo sirve para chupar coños- alzó su voz aun con su rostro serio. El doctor se tensó. -Escucheme bien hijo de puta, usted trabaja en este hospital... Que fue fundado por mi esposo, así que si usted mete la pata solo un poco, tendrá muchos problemas. La "niña" que está ahí es mi hijo, uno de los seres que mas amo en esta tierra. Tu, que no aguantó tener deseos sexuales con mi bebé, estuvo a punto de tocarlo- señaló a su hijo para acercarse al doctor, este empezó a retroceder. -Si no sale de aquí, renunciar, y entregarse a las autoridades, le juro por mi madre que le meteré un trozo de hielo por su culo, cortarle la verga, metersela por la boca y obligarle a tragársela hasta que atraviese su podrido cuerpo... - se acercó a su oído lentamente. -O lo comeré- susurró sacando sus colmillos, su voz sonó como "la voz". Levantó la mano y le dio un golpe directo a la cara del hombre, logrando partirle la nariz y romperle un diente. -Quedó claro?- dijo esta vez con una sonrisa tierna. El doctor chilló y corrió fuera de la habitación. Aoba se acercó a feiver y acarició su cabeza. -Listo... No te preocupes mi amor, una enfermera y de revisará mas tarde- feiver le sonrió. -G-gracias mamá- sonrió dulcemente. Horas después, llegó la inevitable visita de la enfermera.

Aoba estaba en la sala de espera junto a kasai, se tomaban de la mano fuertemente mientras escuchaban los gritos y aullidos de feiver en la sala de operaciones. La inyección podía mantenerlo convida, pero era extremadamente doloroso.

-HYAAAAA!!! AAAHHHH!!- cada grito lograba aterrorizar a aoba, quien ya se encontraba en el pecho de kasai temblando. -Tranquilo... Tranquilo- el mayor trataba de consolarlo. -C-cuando va a acabar esto!?- sollozó aoba temblando. Minutos después, los gritos pararon y varios enfermeros salieron de la sala. -Ya le hemos dado el medicamento, ahora mismo esta muy cansado, les recomiendo que hablen con el... Lo necesita- dijo la doctora con un tono de tristeza. Ella era la persona encargada de inyectarle la medicina, era como un hermanito para ella, podía ver sus expresiones de dolor y escuchar sus suplicas. Aoba y kasai asintieron y entraron a la habitación, vieron a feiver con una venda en el pecho, estaba sudoroso y con una mascara de gas para que pudiera respirar. Aoba se acercó a feiver y tomó sus delgadas manos tembloroso. -Shh... M-mami ya está aquí- le susurró lo suficientemente fuerte para que pudiera escucharlo. El menor seguía con los ojos cerrados y cansado.