POLES APART [Kellin Quinn]

Capítulo #33

El aire es demasiado denso, incluso respiro con dificultad, sus manos han agarrado gran parte de mi cuerpo y yo tan solo me estoy dejando llevar. La bolsa para dormir ahora es cualquier cosa y yo estoy encima de él.

Es estúpido que justo ahora se me pase por la cabeza el hecho de pensar de que no lo estoy haciendo bien, de que él ha tenido a tantas mujeres, que si llegamos a estar juntos de seguro lo desilusionare por completo, no sé nada del tema. Bueno, sé la teoría mas no la práctica.

Sus besos recorrían mi cuello y mis caderas se movían contra él sin poder controlar mis movimientos. Mi yo interior me quiere matar pero por fuera estoy que ardo a más no poder, sus manos suben por mi espalda con agresividad y está agarrando el seguro de mi sujetador, si me lo llega a quitar me sentiré completamente desnuda a pesar de que aun así tendré la polera puesta. Pero sus manos son más rápidas que todo y en un abrir y cerrar de ojos ya tengo la polera fuera quedándome solo con el polo y el sujetador desabrochado


De pronto, entre beso y beso, las palabras de Aisha resuenan de golpe en mi mente 

— ¡Lárgate! pero ya sabes con qué clase de persona te vas a revolcar — mierda.

Miré a Kellin de forma diferente deteniendo el beso que no nos hacía parar — ¿Estas bien, te hice daño?— pregunto con la voz ronca mientras que yo me bajaba de su cuerpo

—No — contesté colocándome bien el sujetador. Gracias al cielo y estaba aún todo oscuro, moriría de la vergüenza si me viera así media desnuda.

— ¿Nena...? — me eché nuevamente a su lado, pero esta vez con la cara hacia el techo 

—No está bien lo que hacemos Kellin

Sentía que a pesar de que él también estaba echado como yo, aun así el tenia la mirada en mi — Esta bien, no te voy a obligar a hacer nada de lo que no quieras hacer

—Sí, es eso y muchas cosas más — volteé mi rostro hacia el 

— ¿A qué te refieres?

—Hay muchas cosas que quiero saber, Aisha me hablo sobre la prima de Dylan, sobre una pelea que ustedes dos se debían, sé algo de lo que antes hacías y todas esas cosas no me dejan tranquila. — lo quede mirando y su mirada era vacía, él no decía nada tan solo también me veía —Pero descuida, no soy nadie para reclamarte, no debes de darme explicaciones, es solo que nunca había experimentado tantas cosas a la vez y me marea un poco la situación es solo eso.

Hasta que por fin respondió — ¿Confías en mí? 

— ¿Qué?

—Dime ¿lo haces?

Parpadee confundida ¿Qué intentaba decir? —Pues, yo... creo que no, no lo sé

— ¿Quieres confiar en mí?

— No creo que eso importe ahora, tampoco sé si podría