Especial I

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—¿Qué hacemos aquí? —La voz de Holly retumba con algo de nerviosismo. Sabía que mi rostro denotaba enojo, y así era. Quería regresar y acabar con Elton. Él no tenía derecho a nada.

Él no era dueño de Holly.

—Nada —Suelto. Mis manos se aprietan alrededor del volante, y puedo sentir mis puños doler. ¡Diablos! Quería volver y acabar con esa basura. —Sólo debo calmarme...

No puedo mirarla. No sería capaz de aguantar ver aquella mirada de nuevo.

Cuando Holly había llegado a lote junto a Scott, sólo quería acabar con él. Sabía que Elton tenía algo que ver. Lo supe desde el momento en el que se calmo casi por obra de magia.

—¿Por qué diablos fuiste a ese lugar, Holly?, ¿Por qué en todos los infiernos debes ir donde no te necesitan? —La pequeña morena junto a mi da un respingo ante mis palabras, pero no me arrepiento. Estaba enojado. Estaba listo para encender el motor del auto y regresar a ese lugar sólo para sacar la mierda fuera de Elton—. A veces eres demasiado tonta.

Ella resopla, enojada de un momento a otro. Giro un poco hacía ella sólo para ver el enojo brillando en sus ojos.

—¿La tonta soy yo? —Sisea, removiéndose en el asiento para enfrentarse a mí—. ¡Si me dejarán fuera de toda su mierda no estuviera aquí!

Mis ojos se dirigen a la delgada línea que forman sus labios, y el deseo ataca mi sistema.

Deseaba a Holly.

Tanto como para llevar justo ahora al departamento y hundirme en ella, sólo para olvidarme de todo.

—¡Tú, Elton, Colin, James! ¡Sólo déjenme en paz por un momento! —Suelto un gruñido, tirando de su cuerpo con rapidez. El chillido por parte de Holly no me detiene, y en menos de un parpadeo la tengo sobre mi regazo, intentando golpearme en el rostro. Sujeto sus manos sin ejercer tanta presión y clavo mis ojos en lo suyos.

El azul que ya empezaba a conocer tan bien se oscurece cuando coloco una de mis manos en su cintura y la presiono contra mi creciente erección.

—Cierra la maldita boca. —Gruño. Mis labios se presionan contra los de ella con furia, y la siento estremecerse entre mis brazos. Mi lengua entra en contacto con la suya, y el gemido que recibo en respuesta amenaza con destruir todo mi autocontrol.

Cuando deja de luchar contra mí, dejo libre sus manos e instalo las mías en su trasero, para luego apretarlo con algo de fuerza. Un largo jadeo es liberado por la morena frente a mí, y deslizo mis labios a su cuello.

—Deja de pelear. —Jadea nuevamente, tirando de mi cabello para alejarme de su cuello. Sus ojos azules tienen un nuevo brillo cuando me observa.

Estoy tan jodido que no te imaginas, cariño...

—Dash...

—No puedo prometer algo que no cumpliré, Holly. —Esta vez, soy totalmente sincero. No dependía de mí. No tenía las fuerzas suficientes para luchar contra el enojo que se desarrollaba con rapidez dentro de mí. No era capaz de hacerlo...

La pequeña mano de Holly se apoya en mi pecho, logrando colocar algo de espacio entre nosotros, pero no la suelto. No soy capaz de dejarla ir, mucho menos cuando el enojo aun peleaba en mi interior.

—No puedo seguir haciendo esto —Dice. Su voz es totalmente calmada, pero el ceño que adorna su frente me dice que no se dirige a nada bueno—. No soy de las que corre a salvo de alguien, Dash. No correré detrás de ti cuando ocurra algo parecido... Nada se soluciona a los golpes.

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora