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El capítulo más difícil que he escrito TnT en serio, espero que les guste mucho. 

¡Lamento tanto la tardanza! Tengo gripe y la vista irritada, pero aquí les traigo el capítulo, no sé cuando será la próxima actualización, así que pido paciencia. 

Pd: ¿Se pasan por mi historia Clandestine Love? ¡Seguro que les gustará! 

¡Disfruten su lectura! 

~*~

El estar caminando en medio de un supermercado junto a Amana y Dash, parecía salido de una historia. El moreno empuja el auto sin prestar atención a las personas que lo observan con atención mientras su hermana menor observa los estantes, claramente no sabiendo que escoger.

—Creo que no fue buena idea traer a su guardaespaldas —murmuro, solo para que Dash sea capaz de encontrarme—. Le prometí algo normal y alguien caminando detrás de ti no es normal.

—Hace su trabajo, Holly —Uno de los brazos del moreno termina sobre mi hombro mientras que con el otro empuja el carrito—. No puedo decirle que se marche, mamá le paga.

—Es una adolescente, Dash, necesita sentirse como una. Confía en ella. —Tensión es lo único que recibo por parte del moreno. Es lo que siempre recibía cuando decía algo que no le gustaba—. Tengo la razón, Dash —piso terreno peligroso pero realmente no me importa—. Amana solo necesita que confíen en ella.

—Tonterías.

Está enojado, lo deduzco por la manera que se aleja de mí, alcanzando a su hermana con rapidez.

Suelto un suspiro.

Eso me ganaba por intentar arreglar algo que, al parecer, no me concernía. Dash era muy comunicativo conmigo, pero cuando se trataba de su familia, se cerraba. Tal vez, el principal culpable era mi apellido.

¿Él confiaba en mí, o simplemente estaba conmigo para probar un punto?

A veces, aun cuando no debía, creía que los sentimientos de Dash hacía mí no existían.

Suelto un suspiro, alejando esa estúpida idea de mi cabeza mientras me detengo en medio del pasillo. Ir con Dash y Amana solo terminaría en una disputa por saber quién iba a pagar las compras, lo cual no estaba dispuesta a pasar. Regreso en mis pasos, caminando a la sección de fideos. No era tan difícil preparar macarrones con queso para una adolescente y un hombre con problemas de ira, ¿no?

Tenía que crear una tregua entre la pequeña morena y yo, quería ser su amiga así, tal vez, se abra un poco.

Esquivo a varias personas, haciendo una lista en mi cabeza de lo que necesitaría para la comida improvisada que prepararía, cuando estoy a punto de girar en la siguiente esquina, una voz, completamente conocida, llama mi nombre.

—¿Holly? —Trago duro, tomando una respiración antes de girar sobre mis pies. Ojos café me reciben como si no me hubiesen visto en años y, la marcada mandíbula, me hace sentir incomoda—. Pensé que me había vuelto loco.

—James —Me obligo a saludar.

—Nunca pensé encontrarte en este lugar. ¿Cómo...

—Bien —Lo corto, mucho antes de que logre terminar con su pregunta. Antes, lo consideraba un buen amigo, pero, justo ahora, dudaba mucho acerca de ello. Su hermano era Shawn, él mismo que había mandado hombres a golpearme. Nadie podía decir que James se encontraba libre de culpa—. Yo... debo ir a comprar unas cosas, nos vemos.

—Espera —Cierro los ojos por un segundo, tomando otra respiración para luego observar al castaño—. ¿En esto nos convertimos? Éramos amigos, Holly, ¿huirás cada vez que me veas y Dash esté junto a ti?

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora