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¡No olviden pasarse por mi historia Drifting, sé que les gustará! <3 

Disfruten su lectura. 

~*~

El aura en el auto es incomodo, sé que Dash está tan tenso como lo estoy yo. No había visto a su madre desde aquel desastroso almuerzo el cual Amana había dado fin. Luego de eso, no había regresado a la enorme casa.

—¿Estás bien?

—Bien —asiento, aceptando gustosa el apretón que le da a mi mano. Dash me libera, para luego bajar del auto. Habían pasado al menos cinco minutos desde que habíamos llegado, sin embargo, ninguno de los dos había logrado entrar a la casa. El moreno rodea el auto llegando a mi lado y abre la puerta—. ¿No puedes llevarme a mi casa?

—Está llena de reporteros, Holly —dice, su ceño se frunce al decirlo, luce algo preocupado—. Aquí podré vigilarte mejor.

No puedo evitar poner los ojos en blanco y agradecer en voz baja cuando me ayuda a bajar del auto.

—No soy algo a lo que debes cuidar, Dash —Sus labios se presionan contra mi frente y siento como la calma aborda mi cuerpo—. Tu madre me odia.

—Creo que sabes que no me importa la opinión de ella, nena —Él bromea, tirando de mi cuerpo con cuidado lejos del auto y se encarga de cerrar la puerta. Su largo brazo rodea mi cuerpo y, como si de un tesoro se tratase, me lleva hasta la puerta principal.

La puerta cede cuando el moreno gira el pomo y el silencio dentro de la misma me asusta un poco. ¿La madre de Dash estaría dentro?

—¿Amara?

—Supongo que está en su habitación —dice, en voz baja—. Tú debes descansar y ella igual, te llevaré a mi habitación.

Observo al moreno, pensando en que decir para que no me anclara a su cama, sin embargo, cada uno de mis pensamientos se ven truncados cuando la suave voz de la madre de Dash rompe el silencio dentro de la casa.

—Pensé que vendrían más temprano —Mis ojos caen sobre ella. Va bien arreglada, tal y como la última vez que la vi, sin embargo, las bolsas debajo de sus ojos resaltan en su pálida piel—. Bienvenida, Holly.

—Y-yo —aclaro mi garganta, no sabiendo que decir—. Gracias...

—¿Puedes decirle a Helena que prepare algo de comer para Holly? —Dash dice, tratando de eliminar la tensión en la sala—. La llevaré a mi habitación.

El tatuado toma mi mano, para luego tirar de mi hacía las escaleras. La madre del mismo se hace a un lado, dando una mirada a mí estomago, eso me incomoda, sin embargo, me obligo a sonreír cuando le doy una rápida mirada.

—Es fuerte igual a su padre, no tiene porque preocuparse —Sé que tal vez el cansancio me esté jugando un mala pasada, pero sería capaz de jurar que una sonrisa se dibujó en el rostro de la mujer.

Dash no me da tiempo a ver si en realidad había ocurrido, sin embargo, era capaz de decir que, después de lo ocurrido, ella no me odiaba del todo.

Sigo a Dash tranquilamente, conociendo el camino perfectamente bien. Aún después de tanto tiempo, era capaz de llegar a su habitación sin lograr confundirme. Cuando el moreno abre la puerta, siento como mi boca cae abierta ante la visión que ella me ofrece.

—¿Qué diablos?... —Mis ojos caen sobre él, a lo que él responde con un simple inclinamiento de cabeza, invitándome a entrar. Sé que parezco un gato asustado, sin embargo la visión de una cuna me tiene muy descolocada. Sí, estaba embarazada, sin embargo, aún era demasiado pronto para tener una cuna—. Es hermosa —murmuro, completamente encantada—, pero... ¿no es demasiado pronto?

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora