11.

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Los ojos de Alison me recorren totalmente incómodos, podía sentir la tensión irradiar de su cuerpo, y era únicamente por el hecho de que no yo no había soltado una sola palabra desde que había entrado en el café.

—Y bien... —La morena empieza, dejando de lado la su bolso. Ojos cafés se enfocan en mí, y creo que empieza a sudar cuando apoyo los codos sobre la mesa—. ¿Sobre qué querías hablar?

Entrecierro mis ojos hacia ella, tratando de entender la mirada que me dirige, pero termino regresando a mi postural principal cuando ella frunce el ceño.

—¿Cuándo pensabas hablarme de Elton?

Puedo jurar que Alison no se esperaba aquella pregunta de mi parte, la manera en que sus ojos se abren, y termina boqueando como pescado, me lo confirman.

—¿Elton? —Su voz la abandona en un chillido, pero lo cubre de inmediato en cuanto aclara su garganta—. ¿Quién te hablo de él?

—Eso no importa —Intento mantener el secuestro que Dash había llevado a cabo hace menos de dos días. Sabía que a Alison no le agradaría la idea de que estuviera rodeada de motociclistas. Yo odiaba aquella idea—. Lo único que puedo decir es que lo quiero lejos de mí, tía. Hablo enserio.

—¿Te buscó?

—Fue hasta la universidad —Respondo, tratando de hacer el ambiente un poco comodo—. No quiero tener relación con ningún miembro de tu familia, tía. Tú eres mi única excepción.

Los ojos de Alison se deslizan por las personas que nos rodean. De antemano sabia que los lugares pequeños ponían incomoda a mi tía, aun más cuando el tenebroso Irolic (sus palabras), estaba justo frente a nosotras.

—No tengo una relación cercana con Elton —murmura, ahora parece más incomoda—. Él siempre ha estado rodeado de esos extraños amigos suyos —Sus ojos se enfocan en los míos y se inclina en la mesa, como si estuviera a punto de contar algo demasiado importante—. Han logrado meterlo a la cárcel varias veces, pero siempre queda suelto por delitos menores.

—Creo que no me sorprende... —murmuro, mas para mí misma, pero lamentablemente fallo en eso. Los ojos de Alison se enfocan en mi, completamente interesada—. Es un idiota.

Ella asiente, aun lanzándome una mirada que no logro entender. La boca de Alison se abre, pero se ve interrumpida por un mesero –uno que no lograba reconocer-, justo cuando está a punto de decir algo.

—Espero que te este yendo bien en la universidad, Holly. —Revuelvo mi café luego de colocarle azúcar. El recuerdo de Dash haciéndolo por mí aquella noche se cuela en mi mente y me hace sonreír. En realidad, el no era tan mala persona como parecía, solo era algo egocéntrico...

—Si —Suelto, sin saber exactamente que había dicho—, grandioso.

—¿Qué me puedes decir de Dash, Holly?

El movimiento de mi mano se detiene en cuanto el nombre del chico tatuado abandona los labios de mi tía. Sé que no debería estar nerviosa, pero falló estrepitosamente a la hora de responder con algo cuerdo.

—¿D-Dash?

—Holly —Alison empieza, enfocando toda su atención en mí—. No quiero parecer la típica madre oso contigo, pero sé cuando te digo que ese chico no te conviene. No le conviene a nadie.

—No tengo nada con él —Aclaro, omitiendo los besos que él me había dado en mi contra—. Sólo compartimos una clase de psicología, nada más.

Alison parece poner a prueba mi respuesta pero, luego de unos segundos, suelta un suspiro, regresando la atención a su café.

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora