13.

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La semana había pasado con rapidez, Alison aun continuaba en el hospital, y yo iba a visitarla cada que tenía una oportunidad. La presencia de Elton ya no era necesaria, y él pareció haberlo notado, ya que, desde aquel desastroso día, no había regresado por el hospital.

Pero eso no era lo único que me sorprendía.

Tanto Dash como Colín no habían intentado dar un paso cerca a mí, aunque siempre podía cacharlos observándome, cosa que era algo extraña para mí.

—Pareces una de esas chicas de películas de terror —Amara, una de las pocas amigas que había logrado durante el tiempo en la universidad, se burla. Sus grandes ojos verdes chocan con los míos, y no puedo evitar rodar los ojos—. Cuando chocamos en la cafetería el lunes nunca pensé que serias así, enserio, debes relajarte más, Holly.

—Dilo cuando no tengas dos pares de ojos sobre ti —musito, golpeando el codo de mi amiga—. Colin y Dash me ponen nerviosa, pareciera como si estuvieran listos para atacarme.

—Patrañas —Ella nuevamente se ríe, sacudiendo los mechones negros que empiezan a cubrir su rostro—. No los conozco mucho, pero se ve que ambos se preocupan por ti.

Decido pasar por alto el hecho de Dash irrumpiendo en mi casa dos veces, también, él que Colin me haya ocultado la existencia de mi hermano, aun sabiendo quien era yo.

—Bueno —Me aclaro la garganta, intentando quitar mis ojos de James quien se acercaba a nosotras con una gran sonrisa—, lo único que quiero es que se alejen de mí.

—Buenas tardes señoritas —El castaño saluda, guiñando un ojo en mi dirección que me hace sonreír—. ¿Quieren algo especial para esta fría tarde?

—Chocolate caliente, James —Amara responde, antes de que piense en mi orden—. Si tienes pastel de zanahoria, quiero un trozo. —El castaño asiente, anotando la orden de la morena en la pequeña libreta que suele esconder en su delantal.

—¿Holly? —Mis ojos se anclan en los suyos por unos minutos, pero mi atención se desvía cuando un familiar gris se apodera de ellos, obligándome a regresar a la realidad.

—Lo mismo de siempre, gracias James.

Siento mis mejillas arder cuando el castaño me observa con diversión, lo que me obliga a desviar la mirada hacia Amara, esta, parece algo confundida, pero una deslumbrante sonrisa se apodera de sus labios.

—Hoy hay una fiesta —Empieza, paseando la mirada entre James y yo—. Ya saben, es viernes, terminamos la entrega de trabajos, ¿Por qué no vamos?

—Odio las fiestas —Me adelanto a responder. Pero era mentira, en cierto punto, una fiesta no le hacía mal a nadie, pero mis ánimos no estaban como para soportar música ruidosa, y universitarios descontrolados—. Además, estoy cansada.

—¡Oh vamos, Holly! —Amara se queja, colocando sus codos sobre la mesa de forma dramática. Sus ojos veces se entrecierran en mi dirección, observándome con intriga—. Sacarás tu culo y lo llevarás a esa fiesta, ¿Entendido? Además —Respira con tranquilidad—, James nos acompañará.

Mi cabeza gira hacia el castaño.

La incipiente barba cubriendo su cincelada mandíbula había aparecido hace dos días atrás, cuando el "accidentalmente" olvido afeitarse. Aquel día le había dicho que se veía diferente, y más guapo, hecho por el cual él mantenía aquella barba en su lugar.

—Yo no tengo problema —Él me saca de mis pensamientos, observándome con detenimiento. Claramente él quería una respuesta—. Puedo llevarte a casa cuando quieras, pero necesitas despejarte un poco, Holly.

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora