44.

39.1K 3K 481
                                    

~*~

Mis ojos están puestos sobre el chico descansando en el sillón que parecía haberse convertido en su cama los últimos dos días. Dash estaba cansado, pero cada que mencionaba la idea de que debía ir a casa, terminaba dejándome en medio de la habitación, completamente sola, desde entonces, no había insistido, sin embargo, aquella idea seguía rondando mi cabeza.

—¿Sabes qué aun con los ojos cerrados sé que me miras, no?

—Lo sé —aseguro, tratando de no sonreír. Era algo cierto. Aun cuando no estaba observándolo, sentía su pesada mirado sobre mí, era algo que no lograba comprender del todo—. ¿No tienes hambre?

—Comí mientras dormías, Holly —Sus ojos grises se abren, y no tardan en caer sobre mí—. ¿Por qué no vuelves a dormir?

—No quiero —frunzo el ceño. Lo único que quería era salir del hospital, pero por indicaciones del médico seguía ahí, postrada como si no pudiera hacer nada—. ¿Dónde está Elton?

—Llevo a Alison a descansar —dice. Su duro y alto cuerpo se remueve en el sillón y, en menos de un parpadeo, se coloca de pie. Camina hacia la puerta y, cuando pienso que va a salir, coloca el pestillo en la misma—. Duérmete, Holly.

—No eres mi madre, Dash —digo, observándolo como se acerca con lentitud—. Te amo, pero no eres mi jefe.

Dash sonríe, haciendo que la confusión aumente en mi sistema. Cuando se detiene frente a mi cama, toca mi cadera con sus dedos, indicándome que le haga algo de espacio. No lo dudo y, con todo el cuidado que soy capaz de reunir, dejo un poco de espacio para su cuerpo. Dash es grande, y parece ocupar mucho más de la mitad de la cama y, cuando está junto a mí, no duda en tirar de mi cuerpo para que termine sobre su pecho.

—Ahora duerme —dice, dejando su mano descaradamente sobre mi trasero. No la mueve, sin embargo, soy yo la que termina acercándose más a él. No tenía sueño, quería estar despierta.

Los últimos días había estado más drogada que Amy Winehouse durante sus presentaciones.

—¿Irás a Los Ángeles conmigo? —pregunto, obteniendo un apretón en su abrazo.

—Tendrían que cortarme las piernas para no ir —responde, con tono ronco—. Holly, no pienso dejarte sola. No cuando ese hijo de puta casi acaba contigo.

>>No me perdonaría que algo te ocurriera por mi descuido.

—No fue tu culpa —digo, removiéndome un poco para poder observar sus ojos. Cuando lo logro, puedo notar la preocupación apoderándose de ellos—. Ninguno de los dos sabía lo de Colín, él nos usó a ambos.

—Holly, te estabas desangrando en ese maldito terreno y él te dejó ahí, créeme que ahora es un asunto personal —Tomo su mano libre, Dash está completamente tenso, haciendo una promesa silenciosa en sus palabras—. No solo se metió contigo, arruinó la vida de Amana y eso ya es personal.

—No quiero que hagas algo de lo cual te arrepentirás —digo, observándolo con seriedad—. Amana ya sufrió lo suficiente, no hagas que sufra más.

—No depende de mí —Toma mi mano, para luego presionar sus labios contra la palma de la misma—. Es algo que se dará, Holly, acabaré con él.

Abro la boca para decir algo, sin embargo, la puerta suena, haciendo que me sobresalte un poco. Dash sonríe de lado, para luego darme un beso rápido en los labios y levantarse con cuidado de no lastimarme. Se deshace de su camisa, no sin antes dar un guiño en mi dirección.

Me dejo caer en la cama, sonriendo como estúpida porque sé que quiere molestar a la enfermera.

Cuando la puerta se abre, Greta, la enfermera que estaba encargada de mí, fulmina a Dash con la mirada.

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora