BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|

48.

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¡Espero que lo disfruten! 

Pd: No duden en pasarse por Drifting. Scott Harford espera por ustedes. 

~*~

Mis ojos arden y siento como si una lija estuviera paseándose por mi garganta. Siento el cuerpo entumecido, sin embargo no tengo fuerza para moverme. No quería alejarme, mucho menos alejarme de la protección de Dash.

Quería hacerme pequeña, desaparecer y no saber de nadie. Desaparecer junto a Dash.

—Duerme un poco —Dash murmura, sin embargo las palabras de Alexander Parks regresan a mi cabeza. ¿Ellos eran hermanos? ¿Yo era un resultado de un incesto?

¿En qué cabeza tan retorcida eso podría ser correcto?

Otro sollozo más se escapa de mis labios y Dash solo reacciona apretándome con algo de suavidad. Su mano está en mi espalda, acariciándome con suavidad.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que Alexander Parks abandonó la habitación, mucho menos sé cuánto tiempo he estado llorando, sin embargo parece como si miles de años hubieran pasado sobre mí, hundiéndome en mi miseria con mucha rapidez.

Necesitaba respuestas.

Necesitaba saber todo.

Quería saberlo todo.

Aún cuando Dash se niega a dejarme ir, me libero de su abrazo, observando sus ojos grises cargados de culpa.

—¿Desde cuándo lo sabías? —Pregunto, sus ojos se abren y sus labios se separan un poco, pero ni una sola palabra abandona su boca—. ¿Desde siempre?

—Define siempre —suelta, luego de un segundo. Un bufido abandona su cuerpo y su ceño se frunce—. No pelearé contigo por esto, ¿está bien? Puedes gritar, lanzarme lo que quieras pero no me iré, Holly.

>>Sé que es duro, pero toda la culpa no es de tus padres. Ellos no lo sabían.

—¿Qué?

—Todo lo que se esconde detrás de la familia Parks es más retorcido de lo que piensas —suelta una risa carente de humor mientras me observa directamente a los ojos—. Mucho más de lo que alguna vez pensé.

No sé qué decir, pero las lágrimas se detienen, sin embargo, el nudo en mi garganta continua creciendo, obstruyendo el aire que luchaba por ingresar a mis pulmones. En silencio, Dash tira nuevamente de mí, obligándome a sentar junto a él. Su duro cuerpo se acopla a la perfección con el mío y él no duda en abrazarme.

—Te quiero lejos de toda esa mierda, Holly —dice, presionando sus labios contra mi frente—. Quiero a mi familia lejos de toda la mierda que envuelve a los Parks.

—¿Familia? —pregunto, mi ceño se frunce y dejo que Dash tire de mi barbilla para que nuestros ojos se encuentren—. ¿De qué estás hablando?

Ojos grises están sobre los míos, sin embargo la confusión es mucho más fuerte que el hechizo que su iris tenía sobre mí.

—Nos casaremos —dice, su pulgar se pasea por su mejilla, pero no soy capaz de moverme—. Te quiero conmigo, Holly. Los quiero conmigo.

Intento decir algo, mas nada abandona mis labios. Siento como el ritmo de mi corazón aumenta su velocidad y sé que si no me calmo, terminaría nuevamente conectada a alguna de aquellas espantosas maquinas.