Faltaba un mes exacto para la fiesta que toda chica espera, para esa noche tan soñada de cada una, esa en la que te podes convertir en una princesita, usar una tiara y un vestido totalmente pomposo color rosita, ser la reina del mundo solo por ese día completo. Esa noche que yo no esperaba con tanta ansiedad como todas las demás.
Sí, soy algo rarita ahora que lo pienso...
Mi papá había conseguido un salón y un catering a un precio baratísimo, y mi mamá no lo quería dejar pasar; era su sueño verme con un vestido bailando el vals con mi papá. El de ella, no el mío, pero hay veces que prefieres la felicidad de otro antes que la tuya.
Jueves 7 de noviembre. El día más tétrico de mi vida.
Me levante a la hora perfecta para llegar tarde al colegio. Nunca había sido tan veloz para cambiarme, peinarme y lavarme los dientes...
Gritos de mi mamá y de mi papá por toda la casa. A estas épocas del año, la mayoría del curso – los que no eran burros y no se llevaban materias (no mi caso) y los que cuidaban como oro sus faltas-(tampoco mi caso)- no iban más, y se quedaban en sus casas haciendo nada.
Corrí hacia la puerta, y vi tres caras aliviadas cuando me vieron pasar por ella. Coti, Rosi y Sol, estaban formadas esperando a que haga mi entrada triunfal.
Creía que ibas a faltar.
- Ay Coti, me hubiera encantado, pero no tengo faltas.
Y la monja corto nuestra conversación para saludar a todo el colegio.
Camila y Nicole habían faltado, así que hoy éramos seis en nuestro banco.
El día paso mucho más lento que una tortuga renga. El sol ardía en mi camino de vuelta a casa. Mi rostro no demostraba demasiada felicidad ¿Cómo le diría a mi madre que me saque un cinco en Literatura? Mis pocas ganas de ir a mi entrenamiento de vóley tampoco eran muy altas...
- ¿Cómo te fue? Ya está la comida, sentate.- Le diría en la prueba del vestido que me saque un cinco...
- Bien, como siempre- y cuando me senté, mi celular ya se había conectado al WiFi, dejando entrar todos los mensajes.
Tomás: 5 en Biología.- Al parecer el tampoco tenía un buen día.
Yo: 5 en Literatura. No le pienso decir ahora, va a matarme.
Tomás: Estamos en la misma.
Termine de comer a las apuradas, llegamos tarde a la prueba del vestido, gracias a Dios, la última.
Fue agotador e insoportable, no el hecho de que mi modista fuera travesti, o el hombre que traía las telas o cosas que ella pedía, fuera gay, era el "ponete los zapatos"- de mil metros de taco, casi-, "sacate la ropa"- que era lo que más me intimidaba, porque no tenía cuerpo de modelo, nunca me gustó, y nunca me va a gusta. La única persona que me había visto desnuda, fue mi mamá, y cuando era bebé. Nadie más. Ahora se podían sumar a la lista a Dani y a su mayordomo gay, viéndome en ropa interior.
Mi vestido no era del otro mundo, tampoco era de este, pero bueno. Sencillo. Naranja. Mi mamá feliz. Dani feliz. El mayordomo feliz. Yo, manteniéndome al margen para no romper nada.
Saludamos y nos fuimos.
Lamentablemente, no a casa. Podía sentir como la almohada lloraba mi nombre.
En quince minutos teníamos que estar dando el presente en vóley, Coti me esperaba afuera de su casa, preocupada de que llegásemos tarde. Ella siempre quería ser perfectamente puntual. En todo.
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¿?&Julieta
Romance¿Por qué siempre es el chico el que se enamora y la chica la que le rompe el corazón? ¿Por qué no al revés? ¿Es que sólo las chicas pueden romper corazones e irse con otros? Soy Julieta, y estoy harta de estas típicas historia de amor, por eso voy...