Malas nuevas.

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Llego julio y todo estaba completamente diferente.

Sobre todo, Tomás.

Twitter respondió a cada una de mis dudas. El saber stalkear se agradece.

Tomás tenía algunos -muchos- tweets raros. Comencé a bajar, una que otra foto con Agustina, tweets entre ellos, varios corazones, etc etc.

Agustina era solo una amiga, yo también tenía fotos con mis amigos.

Tiempo después me encuentro con esto:

Una foto de Tomás y Agustina, abrazados. Con la gran leyenda: ASÍ LOS QUERÍA AGARRAR.

Shu, son solo amigos. Trataba de buscar la forma de tranquilizarme.

Pero no era solo esa foto. Todos los días encontraba cosas nuevas de los dos.

Punzada tras punzada.

...........

Tomás: Estas?

Yo: Si, qué pasa?

Tomás: Puedo contarte algo?

Yo: Lo que quieras

Empezó a grabar un audio. A penas lo mandó, lo escuché.

En resumidas palabras me estaba contando sobre Agustina. La chica que le gustaba. Me contó cuando ella lo besó a él, el mismo día que yo decidí volver a hablarle.

Me contó que compartían un montón de cosas, que lo volvía loco y, que hasta un momento, creía que era mutuo. Me contó cómo le dijo que le gustaba y la respuesta mísera de ella. Un simple "Ah".

Me contó como jugó con su corazón diciéndole que lo iba a extrañar cuando se vaya de viaje de quince, y como seguía jugando con sus sentimientos una vez allá en Estados Unidos.

Me contó cómo lo ignoró una vez acá.

Me contó cómo la seguía queriendo sin importar nada de lo que había hecho.

No le conté como se me iba rompiendo el corazón de a poco. Me limité a darle consejos, como hubiera hecho una amiga. Y no para mi beneficio, sino que para el de él. Porque lo quería.


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