Heaven Knows (Parte II)

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El viento se estaba volviendo más gélido según los sentidos de Kelcy, el gigante hombre había caminado y subido escaleras con velocidad, ahora la piel de Kelcy estaba a punto de romperse como la cerámica. Ella estaba al punto de levantarse y correr, quería sentir que sus piernas funcionaban correctamente, porque sentada ahí nada funcionaba.

Llegaron a un gran salón, cubierto de pieles de animales, junto con tantos muebles de metal, algunos libreros y cientos de hojas repletas en el suelo. Kelcy se preguntó que clase de personas o cosa podía vivir ahí, con semejante desorden y con el hielo por doquier. Las ventanas y balcones estaban abiertos y la chimenea repleta de hielo y agua.

Kelcy bajó de los brazos helados de aquella criatura, se había vuelto normal sentir el ardor en las plantas de los pies, sin embargo, ahora era mucho más fuerte, inclusive sintió agujas en la espina dorsal.

-Vete -le susurró a la criatura.

Ésta de inmediato desapareció entre las sombras, dejando un halo luminoso. Kelcy con delicadeza inició su marcha hasta un gran sofá de metal, tan hermoso y brillante ante ese cielo azulado, pensó que esa imagen alguna vez había existido en su mente, que alguna vez había sido parte de un futuro con él

Entre las sombras se movió una figura, que por la fuerte memoria de Kelcy fue como un relámpago de recuerdos. Estuvo a punto de lanzarse a sollozar cuando una cuchilla cruzó junto a su rostro, abriendo la piel de su mejilla dolorosamente; la cubrió con su palma y retrocedió con los ojos fijos en la figura. La sangre ya teñía el suelo.

-Has burla mi seguridad -siseó él-, y aún osas entrar a mi habitación.

Fueron los músculos de Kelcy temblando y tensos, no por el miedo, sino porque había creído jamás volver a escuchar esa voz, era tan familiar y cálida que fue un golpe bajo que la devolvió a la realidad. Trago con fuerza y avanzó.

-¿Y qué si burlaba tu maldita seguridad? -gritó Kelcy. En realidad eso no era lo que deseaba hacer, pero parecía que debía ser lo más fuerte posible ahora-. Y ahora qué ¿me asesinaras?

Él dio unos pasos al frente, saliendo de las sombras, dejando ver sus cabellos negros y su tez blanca; Kelcy cubrió su boca con ambas manos, en realidad sí era él. Loki en cambio tembló, con la mirada fija en ella, contrajo su rostro y abrió lentamente la boca, se sentía estúpido, había herido a Kelcy.

Se dejó caer de rodillas, el sonido retumbo en los oídos de Kelcy, siendo el sonido más horrible que jamás hubiese podido escuchar. Fue cuando su cordura desprecio, ahora ya estaba corriendo hasta él, con lágrimas y ansias, con la felicidad de verlo nuevamente. Se dejó caer frente a él, todo su ser le decía que se lanzará sobre él, que respirará de nuevo su aroma, que besará cada parte de su rostro.

-Kelcy -susurró Loki.

Ella asistió.

-¿De verdad estas aquí? -tocó su rostro.

Kelcy pensó que jamás había visto a Loki, el hombre de piedra tan desesperado, con la mirada cansada y el cabellos hecho una maraña, al igual que las delgadas ropas, gastadas y mojadas. Algo estaba mal en él, en realidad todo.

-Claro que soy yo -las palabras se quebraron en la voz de Kelcy.

-¿Cómo?

Ella pensó un instante, en realidad era un sueño, no se sabía como llegar a uno ¿cierto? Porque ella despertaría y sería la misma vida, la misma rutina.

-Supongo que al poder consolar el sueño -soltó una sonrisa y más lágrimas.

Loki tomó su rostro con ambas manos, beso su frente y sonrió con tranquilidad y acomodo todo lo malo en Kelcy. Ella pasó sus manos por debajo de sus brazos, acariciando la espalda de Loki con delicadeza.

2. StaunchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora