Londres.
Loki estaba andando de un lado a otro, sintiendo punzadas de dolor cuando veía algo familiar. Después de tantos años era libre en todo aspecto, pero no deseaba esa libertad, no sin tener un propósito en la vida.
Se detuvo en la tienda de la calle opuesta, estaba cerrada y con un vidrio roto. Sonrió. Imaginó a Kelcy corriendo con un café expresó saludando a todos los que se cruzaban frente a ella.
Cruzó la calle y rodeó el edifico, tenía copias de las llaves de Kelcy, hasta tenía las de su automóvil. Soltó un suspiro y abrió.
Todo dentro estaba igual, las cajas apiladas y los cientos de libros que siempre guardaba Kelcy, incluso las figuras que le había prohibido tener, ahora podían ser suyas. Loki amaba las antigüedades tanto como Kelcy.
Movió cajas y se sentó sobre una, se vio al espejo, tuvo que cambiar su apariencia para pasar sus días de luto. Se había cortado y teñido el cabello, incluso vestía cualquier tipo de ropa.
Tomó su pequeño recipiente con alcohol, no recordaba el nombre que se le daba a semejante invento. Pero en algo tenía razón, los midgardianos eran muy ingeniosos.
Estaba tomando fuerzas para ir al apartamento a ver a Knox. No quería ver el cadáver de su novia, y mucho menos ver a Knox. Pero está vez algo había cambiado y toda su fuerza de voluntad estaba ahí al tope de su cabeza.
Tomó algunas cosas del local, cosas que Kelcy amaba y llevaba a todos lados, cosas que la representarán, porque en un funeral vikingo sólo podías llevar al más allá los simbólico.
Trago con dureza y cerró la puerta. Había comprado el pequeño negocio sólo para visitarlo cuando necesitaba algo por qué luchar.
Subió a su automóvil y manejo con velocidad, no estaba muy lejos de ahí pero le gustaba manejar con velocidad en las calle concurridas.
En el camino se dedicaba a ver cómo la primera estaba por llegar. Sintió fuertes espasmos que estuvo a punto de detenerse, pero no lo hizo. Continuó su marcha.
Cuando estuvo en la planta del edificio lo único que pudo recordar fue cuando Kelcy lo había traído a tirones, todo para salvarle la vida y él, no lo había hecho a cambio.
Subió de mala gana al elevador y presionó el botón que lo llevaría hasta el departamento, sus manos estaban sudando y estaba nervioso, cosa que nunca le pasaba y jamás había sentido con tanta dureza. Vaya que Kelcy había calado lo siguiente para interferir con la personalidad de Loki.
El elevador se detuvo y las puertas se abrieron. Había gente en el pasillo, todos familiares de Kelcy, estaba llorando hipócritamente, limpiando sus lágrimas con un pañuelo.
Loki llevaba algo más consigo, algo que no podía olvidar. Tomó la pequeña mano de la niña entre las suyas. El mundo entero giro hacia ellos.
— ¿Lista? —preguntó Loki con ternura.
La pequeña rubia asintió y avanzó con él hacia el pasillo infestado de gente que decía ser amigo o parientes de Kelcy.
Llegó a la puerta y una mujer soltó un grito al ver a la pequeña rubia, ella sólo la ignoro y continuó avanzando con Loki; cuando estuvieron dentro Loki observó a Knox de pie en la ventana.
— La encontraste —dijo él observando a la niña.
— Fue lo último que Kelcy deseaba.
Ambos se abrazaron y dieron sus respectivas muestras de respeto al mismo tiempo que Loki entregaba a la niña.
— Ayuda a la niña a ser la mejor —le dijo ante el tumulto de vistas.
— Y le haré saber quién eres y quién fue Kelcy.
Loki asintió y entró a la habitación dónde estaba el cuerpo de Kelcy, había ingerido suficiente alcohol y no tenía miedo. En su lugar sólo la observó desde la lejanía. Knox se había tomado su tiempo en peinarla y vestirla con algo que a Loki se le hizo extrañamente conocido.
Se acercó a ella y depósito cada símbolo que había encontrado en su tienda. Cada cosa que la hacia distinta. Loki se dio cuenta que estaba ataviada como una asgardiana. El vestido, la corona e incluso los zapatos eran de su tierra.
Loki colocó entre las frías manos de Kelcy una espada de empuñadora negra y dorada, cubrió su rostro e indicó a los hombres que se la llevaron al transporte.
Todo estaba listo, incluso él.
Nosotros somos los arquitectos de nuestros infierno privado.
ESTÁS LEYENDO
2. Staunch
FanfictionElla se transformo, y no metafóricamente; en realidad algo había cambiado después de tantos meses. |Secuela de With You|