2. Staunch

Butterflies Inside

Kelcy caminaba somnolienta hasta su "habitación". Los medicamentos que le obligaban a dormir la hacían sentirse más feliz y olvidaba que debía dormir, ella las tomaba a pesar de que evidentemente creaban el efecto contrario.

Las rejas parecían de algún material suave, los pisos brillaban de colores, y las pocas ventanas parecían balcones.

Sonrió divertida con los rostros distorsionados de todos, incluso ese hombre robusto vestido de blanco parecía divertirse con ella; Kelcy lanzó un beso al hombre y dio vuelta al instante, antes de que él la alcanzará.

No corrió, pero tampoco andaba lento. Observaba los grandes paneles que sostenían la parte alta y se preguntaba ¿por qué la necesidad de tenerlos ahí dentro si iban a morir de cualquier manera? Soltó una risotada.

-¿Tomaste tus medicamentos? -se mofó uno de los guardias.

Kelcy giró sobre sus talones.

-¡Oh sí! -respondió Kelcy-, pero de saber que te verías más gordo, las hubiese lanzado al contenedor.

Kelcy lanzó un beso y se alejó dando saltos.

No sé sabía si el resto de los pacientes la observaban con odio y envidia por los efectos que el medicamento causaba en ella, o era simplemente su poca tolerancia a la mujer drogada.

Ahora estaba corriendo, tarareando Can't Help Falling in Love de Elvis Presley, y es que de verdad amaba esa canción, le recordaba a sus buenos momentos en su niñez.

Llegó a su celda, miró con curiosidad al guardia que no se había percatado de su presencia, se encogió de hombros y entró sin olvidar el hilo de la canción.

Su compañero estaba recostado en el suelo, observando el techo agrietado y con humedad, algunas veces había arañas andando por toda la habitación. Kelcy cerró la reja de su habitación ya que el guardia no se había movido, observó el candado, abierto y con la llave; se encogió de hombros y lo cerro por sí misma, lanzando la llave al guardia, éste despertó de golpe.

-¡Lo siento! -gritó Kelcy mientras sonreía-, soy sonámbula, no me gustaría despertar en algún lugar extraño.

Se alejó de las rejas y volvió repentinamente.

-¡Buenas noches!

Su compañero de celda se levantó y la observó molesto. Kelcy se encogió de hombros.

-¿Qué? Realmente me agrada ese hombre -señaló a su espalda con el pulgar-. Pero no importa.

Kelcy se recostó juntó a él, sin importarle romper la primer regla: espacio personal.

Nicholas se alejó algunos centímetros de ella, sin embargo, ella se enganchó a su brazo y se recostó sobre su hombro.

-Tú eres taaan misterioso -susurró Kelcy-, pero me gusta, eres buen compañero de celda.

-Tomaste tus medicamentos -pensó en voz alta.

-Si, de hecho es la primera vez -ella empezó a reír-, ¡los tomaré siempre!

De pronto el entorno de Kelcy empezó a cambiar, pero ella no se sintió aterrorizada, en su lugar observó las luces, estrellas, grandes cosas brillantes a su alrededor.

-Bienvenida -dijo Nicholas.
Él continuaba sostenido su brazo, ambos estaban en ese extraño lugar y sin saber de que forma.

-¿Qué es éste lugar?

-El universo, por así decirlo.

Kelcy se levantó, ahora si estaba asustada. Un lágrima cayó por su mejilla, se alteró de pronto.

-¿Qué dijiste? -Kelcy estaba asustada, muy asustada.

-No hay de que temer -Nicholas tomó su mano-, eres como yo.

La mirada esmeralda de Nicholas parecía entrar en Kelcy, y entonces ella lo supo, él decía la verdad.

Convergencia

Su corazón latió con fuerza.

-Convergencia -dijo mecánicamente.

-Los mundos se unen.

-¿Mundos?

-Es como una película de fantasía -observó a su alrededor-, algo perecido a los portales.

-¿Pueden llevarte a cualquier lugar?
-No -Nicholas empezó a andar-,eso los diferencia de un portal. Tiene un lugar específico.

Kelcy presionaba con fuerza la mano de Nicholas, mientras observaba maravillada cada abertura en el techo de la habitación, cada una de colores distintos; eran como pinturas de lugares increíbles, fantásticos, sacados de un libro de cuentos.

-¿Podemos entrar en ellos? -soltó Kelcy.

-¿A qué te refieres? -preguntó él consternado.

-Nosotros como humanos, o deberíamos ser seres más fuertes.

Nicholas sonrió.

-Jamas he conocido un "sobre humano" si a eso te refieres. Sin embargo, ya somos más que distintos al resto por hacer esto -señaló arriba.

Kelcy se tensó.

-¿Nosotros hicimos esto?

-Si -él se estaba burlando de ella.

-¿Los "portales pueden ser creados por una persona?

-No sólo una, desde dos basta.

Las aberturas comenzaron a desaparecer, pero no de una manera sigilosa, en realidad estaban disminuyendo su tamaño mientras varias cosas caían de cada una.

Kelcy estaba boquiabierta, no creía los que veía, sin embargo, no quería que desapareciera.

Todos se cerraron y volvió el mismo techo agrietado.

-Eres muy fuerte -dijo una voz detrás de ellos.

Naike estaba ahí sentada con las piernas cruzadas. No llevaba ropa blanca como ellos, usaba una chaqueta de piel y vaqueros. Su cabello estaba peinado en una trenza, incluso tenía maquillaje.

El guardia estaba en el suelo inerte, junto con las enfermeras y otras personas alrededor.

-Ya era hora de que le mostraras lo que puede hacer -Naike señaló el techo pero luego detuvo la mirada en sus manos entrelazadas.

Kelcy arrebato su mano y se alejó de él.

-Yo no sé lo mostré -dijo por fin Nicholas-, ella lo hizo.

Naike se levantó de la silla y sacudió sus pantalones, estaba comiendo galletas de un bote de cristal.

-Lo robé -se dirigía a Kelcy-, son del personal. O bueno, lo eran.

Naike lanzó una bolsa negra cerrada a Nicholas.

-Es hora de irnos.

¿Irnos? Kelcy sintió un hueco en su estómago, las únicas personas que podían entenderla se estaba yendo.

Nicholas abrió la bolsa con ropa y frente a ambas empezó a cambiarse, con rapidez ya estaba usando ropa negra y tenía un teléfono celular.

-Tenemos que llevarnos a Kelcy -dijo Nicholas.

-¿Crees que no lo sé? -respondió Naike molesta.

Lanzó una bolsa a Kelcy. Nicholas salió de la celda y la observó unos segundos.

-Estaremos en recepción.

Kelcy asintió y ellos desaparecieron.

Me cuesta mucho trabajo actualizar pero prometo que lo haré más seguido 👌❤