Snow

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Había tormenta. Kelcy percibía los golpes salvajes de las gotas, el los vidrios y techos, así como el reflejo de las gotas reflejadas en las paredes. Daba cierto ambiente dramático, con cierta melancolía en el aire. Le dolía la cabeza, una jaqueca insoportable, ella supuso que era consecuencia del viaje con Knox, o como fuese que se llamará el encapuchado. 

Levantó su espalda hasta que golpeó con la pared, estaba húmeda y fría. Ella observó a su alrededor, la habitación estaba ordenada y decorada con colores fijos; negros, grises y blancos. Todo en su lugar, como si siempre hubiese sido ese su lugar. 

Se puso en pie, pero tan pronto como lo logró cayó de nuevo; maldijo y trató de hacerlo de nuevo.

 —¿Podrías dejar de hacer eso?

Kelcy se exalto y giró la mirada, ¿cómo es que no lo había notado? Estaba ahí de pie al borde de la cama, con las manos detrás de la espalda y la mirada fija en ella. Se estremeció de manera violenta, aún le temía a pesar de haber aceptado su viaje semanas antes. 

Había aprendido cosas, había caído y se había levantado. Físicamente tenía hematomas y fracturas; en cuanto a lo psicológico, estaba cansada y con el autoestima baja, sus criticas eran duras y el trabajo también, pero valía cada segundo que ella aprendía, eran cosas nuevas y se sentía deseosa de saber más.

—¿Qué es esto? —señaló Kelcy el lugar.

—Mi hogar.

Ella quería gritar, después de más de un mes estaba por fin en ese lugar. Había estado hospedada en hoteles e incluso en zonas verdes, todo porque Knox no quería mostrar su hogar antes Kelcy; sentía que había ganado una gloriosa batalla.     

—¿Aquí es dónde el gran Knox se refugia? 

Él asintió, aún no entendía por qué lo había hecho, pero tampoco se arrepentía. Sentía que esa criatura de cabellos negros los merecía. Ahora entendía por que Loki se había enamorado de ella, sin embargo ya la había perdido desde hace bastante tiempo. Sabía cuando sería la próxima convergencia, dónde estaría exactamente y el tiempo, sabía que Kelcy llevaba mucho tiempo esperándola, pero aún no quería despedirse de ella. 

Así como ella había aprendido de él, él absorbió todo lo necesario de su belleza e inteligencia, así que una parte muy egoísta de él no quería ni mencionar la convergencia, qué pasaría si se quedaba con ella, ¿Loki vendría a asesinarlo? Nunca había especificado las normas del juego y mucho menos sobre el cuidar a Kelcy.  

—¿Aún estás demasiado herida? —Knox preguntó inconscientemente.

Ella asintió y trató de levantarse pero él la socorrió. Ella pensó que tenía los mismo cambios de humor que Loki, de pronto te amaba y después trataba de lanzarte por un punte, porque ciertamente trato de hacerlo alguna vez. Ambos lidiaban con sus interiores y ella parecía tener que lidiar con ambos.

—¿Cómo aprendiste a hacer esto? —preguntó entre quejas Kelcy.

La depositó en la cama y observó su pierna fracturada. 

—Te traeré algo de comer.

Ella iba a decir algo cuando desapareció en la oscuridad. Ella sonrió, lo hacia siempre cuando trataba de evadir un tema. De nuevo el vacío volvió, no quería aceptarlo pero él de alguna manera estaba calando en ella de manera veloz. 

Ese sentimiento trataba de evadirlo con dolor, recordando como habían sido los entrenamientos, como la había golpeado y juzgado de manera cruel, como la había tratado como vil basura, sin embargo, no funcionaba en muchas ocasiones. 

2. StaunchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora