After all...

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Kelcy despertó de golpe, sintió como algo salía volando sobre su rostro. Tuvo pánico corriendo por todo su cuerpo, fue una sacudida de adrenalina. Se levantó con velocidad molesta, para encontrarse con Loki en el suelo, sangrando y llorando.

— Loki —dijo Kelcy con tacto.

— Murió —susurró Loki.

Ella advirtió como su labio interior temblaba mientras veía al vacío. Había hecho un desastre en la habitación, todo el dolor e irá estaban reflejados en las paredes. Ella supuso que había gritado tanto que ahora su voz era más ronca de lo normal.

— ¿Quién ha muerto? —se acercó Kelcy temerosa.

Sentía que en cualquier momento Loki reaccionaría de mala gana y le haría daño, era como querer acercarse a una bestia salvaje.

— Mi madre —hizo énfasis en la palabra ”madre".

Kelcy sintió un nudo en la garganta, jamás había escuchado a Loki decir con tanto odio y amor esa palabra. Cierta parte de Kelcy quería decir algo lindo y reconfortante pero lo único que pudo pensar fue en Loki destrozado en el suelo.

Se sentó junto a él y tomó su mano, él no se tomó el tiempo de verla, ni siquiera reaccionó al toque tibio de la joven de cabellos azabache. Se quedó quieto observando al vacío.

— En realidad —comenzó a decir Loki—, ella sí me importaba. Demasiado.

— Por ella estás vivo —respondió ella sin pensar.

Loki suspiró, no lo había pensado, ni había pasado la idea por su cabeza. En ese momento no sintió la necesidad de estar vivo.

— Me han dicho que los funerales vikingos son los más hermosos —trató de animarlo—, ¿saliste a verla?

— No.

Las palabras secas y toscas de Loki estaban hiriendo a Kelcy. Ella bajó la mirada avergonzada y se recostó en el hombro de Loki.

— ¿Por qué le amabas tanto? —preguntó Kelcy.

— ¡Sabes de verdad esto no está ayudando en nada!

Ella se apartó; Loki sentimental no tenía remedio. Algo había en él que simplemente no podía controlar y lo sabía, no era como en las historias. No era el único ser que podía calmar a Loki, en realidad era una mortal que decía amar.

Loki molesto consigo negó con la cabeza y tomó el delicado rostro de Kelcy. Besó su frente, seguido por su nariz y al último sus labios. Suspiró.

— Lo siento.

Ella no emitió ni un sonido, besó a Loki con delicadeza, sintiendo como sus manos recorrían su torso y su rostro.

— Tienes que salir de aquí —dijo Kelcy alterada—, te matarán.

— Pensaré en algo —dijo Loki sin quitar sus manos de la cintura de Kelcy—, nos iremos.

Eran las palabras más reconfortantes que había escuchado en días. Ella se sintió feliz y sonrió con tantas ganas que se sintió extraña.

Algo les interrumpió. Se estaban abriendo las puertas del calabozo, no había más reos, sólo Loki lo cual agitó a ambos. Kelcy sintió que su cabeza iba a explotar. No podían hacer esperar el luto, tenían que venir por él ¿ahora?

Loki observó en la dirección a la puerta. Kelcy observó como una segunda figura suya se levantaba y se acercaba a la red amarillenta. Loki le señaló que no hablará ni emitiera sonidos.

— ¡Oh hermano! Después de tanto tiempo vienes a visitarme —dijo Loki con desdén— ¿por qué?

Kelcy apreció a la gran y corpulenta figura frente a ella. Jamás había conocido a Thor; se veía agitado y conmocionado. Ella se quedó quita cuando la gruesa voz del rubio retumbó en toda la celda:

— No más ilusiones, Loki.

Kelcy advirtió como las manos de Loki se presionaban y su cuerpo se estremecía. A pesar de todo lo que había pasado y le había provocado, ambos seguían teniendo ese vínculo.

La ilusión desapareció, ella se quedó quita y observó como ambos peleaban, no quiso poner demasiada atención. Se movía entre espacios y estudiaba al gran hombre que se quedaba tan quieto y con la mirada fija en Loki.

Ambos tenían los mismos sentimientos encontrados, ella sabía que Thor estaba destrozado por dentro al igual que Kelcy al ver a Loki desplomado en el suelo, llorando y sangrando como si nada importará.

El estómago de Kelcy estaba revuelto. Jamás había sentido tanto dolor y tanta pena, venían de esos dos hombres que trataban de levantar muros entre sí, tratando de parecer fuertes cuando en realidad se estaban derrumbando.

En la celda retumbó una amenaza de muerte que erizo la piel de ambos dentro. Loki le lanzó un rápida mirada a Kelcy, ¿a caso quería aprobación? Ella no tenía poder ni derecho así que sólo sonrió.

— ¿Cuándo iniciamos? —se mofó Loki.

Thor lanzó un paquete de ropa al suelo y dejó caer las rejillas amarillas. Al mismo tiempo el fornido hombre salió y espero afuera, mientras Kelcy lanzaba una mirada de curiosidad.

— ¡Podemos irnos ahora! —exclamó Kelcy con vehemencia.

— Todavía no —interfirió Loki—, tengo que ocuparme de esto.

Observó como Loki de vestía, con elegancia y agilidad. Era como un gato negro de ojos profundamente verdes.

— ¿A dónde iremos?

— No irás Kelcy —dijo él—, es peligroso. Tienes que volver a Midgar. Yo volveré por ti.

— No me iré.

— Bien —ajustó sus mangas—, espera aquí hasta que vuelva.

Loki salió de la celda y avanzó con velocidad, sin embargo regresó con Kelcy y la besó violentamente.

— No hagas nada de lo que te vayas a arrepentir —insistió Loki.

Kelcy se encogió de hombros y observó como Loki desaparecía, estaba harta de tener que esperar siempre. Está vez no se iba a quedar cruzada de manos.

Tomó su ropa y se vistió de prisa, sintiendo que su corazón iba a estallar si por alguna razón Loki decidía volver.

Se movió entre cosas rotas y tumultos de carne quemada. Se fue.

2. StaunchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora