Kelcy trataba de imaginarse un paisaje más tranquilo que no fuese la calle, que repentinamente se había concurrido y sobre todo iluminado, era como si todo lo hubiese hecho el hombre, porque todo lo extraño que le estaba sucediendo a Kelcy tenía que ser culpa de él.
No dejaba de pensar en sus palabras «alguien te traicionará» y ella lo sentía, podía sentir esa energía pero no sabía a dónde mirar, porque parecía venir de todos lados, sin embargo la única palabra que le ayudaba era cercano, ¿sería alguien lo suficiente cercano como para saber sus secretos? ¿O era alguien que solamente veía de vez en cuando pero existía cierta cercanía? La palabra podía definirse en mil maneras, y Kelcy se había empeñado en encontrar las definiciones que incluyeran nombres.
Cruzó la calle para llegar a casa, sintiendo una repentina corriente golpear su cabello, la calle de nuevo estaba desierta, ni un alma se posaba frente a su ojos. Decidió que no tendría miedo y caminaría más rápido hasta la puerta, pero sentía que tiraban de ella. Molesta giró sobre sus talones, pero no había nadie, solo ella y el horrible sonido del viendo que se asemejaba a un llanto descontrolado. Nerviosa miro a ambos lados y corrió hasta la puerta y empujó con fuerza.
Cerrada.
Con las manos temblando buscó entre sus bolsillos, tratando de encontrar las llaves, pero parecía un abismo dentro de ellos. Tragó saliva con cierto dolor, tenía la garganta seca y los ojos húmedos. Sentía que alguien se acercaba pero no veía nada más que la calle iluminada por la mortecina luz de la luna y el alumbrado, éste de pronto empezó a fallar, haciendo parpadear la luz haciendo aún más terrorífico el ambiente.
Kelcy corrió al costado de un edificio, pero antes de dar el primer paso a la escalinata escuchó el sonido hueco de algo rasgándose, giró sobre sus talones y elevó la mirada. Un gran hoyo negro se localizaba sobre su cabeza, parecido al que había visto en el hospital, pero este era tan grande que podría tragarse el edificio entero. Ella subió las escaleras con urgencia, sintiendo su corazón latir más rápido de lo común, podría inclusive explotar.
Cuando llegó al tejado estuvo a punto de desplomarse en el suelo, podría tocar las constelaciones ajenas si así lo deseaba, era hermoso el paisaje. Parecía como si alguien hubiese arrancado esa parte de su cielo y dejara expuesto otro, porque claramente ese cielo rojizo no pertenecía al suyo. ¿Era la única que observaba éste fenómeno? Porque si así era, de verdad era afortunada.
Avanzó al centro del tejado sin bajar la mirada, era increíble poder ver eso, porque estaba tan cerca pero a la vez tan lejano. Kelcy dio un paso atrás cuando vio aves bajar a velocidades mortales, pudiendo arrancar la carne de cualquiera que estuviese ahí. Ella sonrió con nerviosismo. Iba a elevar elevar una mano cuando escuchó.
«Podrías perderte en algún mundo»
Ella retrocedió pero no dejo de observar. De pronto el miedo desapareció junto con algunas preocupaciones más, se sentía más ligera y fuerte. Tenía que buscar al hombre y rogarle que le mostrase que era esto, porque evidentemente él sabía más de eso que nadie.
Ella respingo, girando más veces para encontrarse con un personaje frente a sus ojos.
—Es maravilloso, ¿cierto?
De nuevo se escuchó un sonido desgarrador, algo parecido a pasar las uñas por la pizarra, talaba los oídos. Kelcy se encogió con las manos en los oídos y se dejo caer al suelo en décimas de segundo. El hoyo se cerró impidiéndoles observar unos minutos más, cuando el sonido terminó Kelcy arrebató sus manos de sus odios.
Él la observaba curioso, ¿qué tenía ella de distinto a las otras mujeres con estos dotes? Todas se asemejaban y todas tenían tantas dudas como ella. Él le tendió su mano y ella a regañadientes la aceptó, levantándose lentamente sin alejar la mirada del cielo. Se sacudió sus ropas y dirigió una mirada dura al hombre.
—¿De dónde has venido? —estaba casi gritando.
—Por el mismo camino que tú. —respondió él con arrogancia.
Ella giro a ambos lados y notó la gran diferencia, ahora la gente cruzaba las calles y manejaba sus automóviles, de nuevo ella había desparecido de la tierra y había vuelto ilesa.
Ambos cruzaron miradas, ella soltó su mano y se alejó considerablemente de él. De inmediato él se sintió ofendido, su rostro se contrajo.
—Veo que no deseas mi compañía. —soltó él de pronto.
—¿Por qué la desearía? —preguntó ella con arrogancia.
A Kelcy se le daba bien ser tan arrogante y por lo general olvidaba que la gente no hacía las cosas de mala gana o por algo a cambio como ella creía. Él le vio directamente a los ojos, ella se sintió incómoda y bajó la mirada.
—Mientras veías el hoyo negro deseabas mi compañía y mis conocimientos.
Ella se quedó sin habla.
—Y ahora me dices que me alejé. —lanzó una mirada severa— Si lo hago jamás volveré por ti.
Él estómago de Kelcy se contrajo, fue como recibir un golpe, le habían dolido sus palabras porque por alguna razón necesitaba de alguien, y más si ese alguien sabía entender lo que sentía. Estaba desesperada y él lo sabia.
—¿Qué ha sido eso?
—Convergencia. —respondió él aludiendo a sus conocimientos.
—¿Qué pasará si entró en un de esos? —hizo un ademán.
—Puedes morir o perderte en mundos "alternos" —enfatizo.
Kelcy se movió aún más cerca de él, sintiendo su respiración sobre su cabeza, estaba a punto de arrepentirse de lo que iba a decir, pero estaba cansada de correr en círculos, siempre en el mismo lugar. Lo miró a los ojos.
—Llévame contigo.
—¿Qué? —retrocedió.
—Eres la única persona que puede ayudarme.
—No cruzarás uno de esos.
—Sí, lo haré —colocó su rostro frente al del hombre—, si no me muestras lo necesarios aún así saltaré dentro de ellos.
Él la besó y de inmediato intentó retroceder pero él la sujeto con fuerza, segundos después la alejó violentamente.
—Me asesinaran si te ayudo. Pero prefiero que sea el hombre que vela tu vida a un mercenario Midgardiano —suspiró—, no llevarás nada, es hora de irnos.
Kelcy sabía de la existencia de los inhumanos, sin embargo él era algo fascinante; sus ojos centellaron mientras que los de Kelcy se tornaban oscuros, sintió que estaba cayendo, sin temor ni preocupación, cayendo ligeramente como una pluma, todo se apagó.
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2. Staunch
FanfictionElla se transformo, y no metafóricamente; en realidad algo había cambiado después de tantos meses. |Secuela de With You|