—¿Podrías moverte más lento? —preguntó Kelcy casi sin aliento.
—Tienes que moverte, niña —se mofó Knox.
Kelcy se dejó caer sobre el césped, con la respiración entrecortada.
—¡No puedo más! —gritó.
Knox se detuvo y volvió por ella, parecía que no le gustaba correr por las mañanas como a él. Le ofreció su mano para ayudar a levantarla pero ella la golpeó haciéndola a un lado.
—Necesito un descanso —gruñó.
Knox se encogió de hombros y se dejó caer junto a ella, mientras reía en voz baja.
—¿Te diviertes?
Él asintió.
Era temprano, las hojas de los árboles aún estaban cubiertas de rocío, el sol le daba un aspecto hermoso, parecían gotas de oro. El estómago de Kelcy se redujo.
—¿Qué sucede? —preguntó Knox inquieto.
Ella negó.
—¿Qué son, Knox? Tú obviamente no eres un inhumano, pero, qué hay de mí.
No hubo respuesta. Sólo un suspiro de parte de Knox, estaba cansado de las preguntas existenciales de Kelcy, esas crisis adolescentes que de pronto tenía y el único que parecía poder resolverlas era él.
—Eres una inhumana —respondió con voz ronca—, cómo tus amigos del hospital.
—Nick
Él asintió y continuó:
—Pero aún no entiendo como obtuvieron esas habilidades.
—¿A qué te refieres? —Kelcy se sintió confundida
—Se tiene que activar su poder, Kelcy.
—¿Crees que yo lo hice sola?
—¡No! —exclamó Knox—, posiblemente lo hizo Loki.
Siempre todo es la maldita culpa de Loki, pensó Kelcy molesta. Quería que la felicitaran por algo que ella pudiese hacer.
—Tampoco entiendo que puedo hacer —preguntó Kelcy entusiasmada.
Knox sonrió.
—Puedes cambiar y poseer.
Los ojos de Kelcy se abrieron como plato, le parecían una locura las palabras que salían de la boca de Knox, ¿cómo iba a cambiar? ¿En una piedra? O peor. Con nerviosismo soltó una risotada que retumbo en todo el bosque.
—¿Qué locura es esa? —cuestionó a gritos Kelcy.
Los ojos de Knox se tornaron negros completamente y ella cayó de espaldas al igual que si aliento se esfumó. Estaba de nuevo ingresando a la mente de Knox, en sus infiernos. Kelcy estaba a punto de gritar cuando todo se torno negro.
***
Hubo un grito entre Knox y Kelcy. Ella despertó alterada y llorando, odiaba estar en su mente.
Observó su alrededor, estaban en una prisión. Pero no cualquiera, las celdas eran blancas con mayas doradas, aunque en realidad no lo eran, parecían hologramas. Cada vello de su piel se erizó.
—¿Dónde estamos? —preguntó Kelcy sin quitar la mirada de una celda.
Knox le pidió que guardará silencio, ella asintió. Se dedicó a observar a su alrededor.
Las paredes estaban llenas de armas, el suelo estaba gastado por los años y por pisadas grandes y pesadas. Cuando levantó la vista observó a una bestia de horrible aspecto, tan parecido a los monstruos de sus pesadillas. Quitó la mirada de esa celda.
Avanzó con Knox hasta el final del corredor, dónde se encontraba la puerta y más celda repletas de criaturas monstruosas.
El brazo de Knox pasó frente a Kelcy. Se detuvieron y él comenzó a hablar.
—No hagas movimientos bruscos.
Avanzaron y el aliento de Kelcy desapareció. No podía creer lo que estaba viendo.
—Me equivoqué cuando te dije que eras inhumana —dijo Knox—, tienes sangre Asgardiana, sin embargo también inhumana.
—¿Eso que quiere decir? —preguntó en susurros.
—Tienes más habilidades de las que crees.
Los ojos de Kelcy no podían alejarse de la celda que tenía frente a ella. Todo su cuerpo se estaba estremeciendo, al igual que sus piernas oscilaban. Ella dio un paso al frente, cruzando lo que parecía ser maya hasta quedar frente a él.
—No puede verme —soltó afligida.
Knox negó con la cabeza.
Loki se veía radiante a comparación de Kelcy, tenía el cabello largo y la piel limpia, tan pálida como la nieve. Sonrió de felicidad.
Estaba leyendo, sentado en la cama con las piernas extendidas, su postura era siempre tan elegante a pesar de encontrarse en un basurero. Ella tomó lentamente su mano, Loki dio un salto, pero no cambió su rostro, sólo dejó su libro en la mesa y se sentó.
Loki sentía una pequeña mano tibia entre la suya, habían pasado años desde que había sentido algo así, sonrió discretamente y posó su otra mano sobre la mano fantasma.
—¡Déjame verlo! Te lo ruego.
—Hay muchos guardias. Te matarán y también a él.
Kelcy tembló y Loki lo percibió, sabía que ella estaba ahí y estaba orgulloso de que estuviese mejorando, y que hubiese aceptado ayuda de alguien.
Ella soltó un sollozo, su alma estaba ahí con él pero no podía hacer nada. Ni siquiera podía hablar con él. Se acercó a su rostro y besó sus labios con lentitud y delicadeza. Loki se quedó pasmado y soltó una pequeña lágrima, de verdad extrañaba a Kelcy.
Alejó sus manos y se levantó de la cama, se dirigió a la mesa. Advirtió que había tantos dibujos suyos, tantas lineas y rayones. Eligió en el que estaban ambos y escribió sin prisa, sintiendo puntadas de dolor a cada letra que daba, le dolía tanto no poder hacer nada. Se sentía inútil y vacía, porque aún estaba llorando.
Loki se puso de pie junto a ella y observó el mensaje. Definitivamente era ella, pero no podía verla. Sonrió observando toda la habitación, dobló el dibujo y lo guardó en uno de sus libros favoritos.
—Gracias —soltó Loki al viento.
Kelcy sonrió y se alejó de él.
Knox se sentía a dolorido, ¿cómo esa mujer había logrado ablandar tanto a un hombre de hierro? Sentía que ahora tenía más responsabilidad sobre ella, ahora estaba claro que era lo que ella deseaba y se lo iba a dar con la condición de que ella fuese feliz.
Kelcy se acercó a Knox limpiando su rostro, estaba satisfecha, pero no quería que todo terminará ahí, volvería por él como se lo había prometido.
—Vámonos de aquí.
Knox asintió y avanzaron hasta el lugar dónde habían llegado, él paso su brazo sobre sus hombros, tratando de consolar su llanto interminable. Ella sin duda acepto el abrazo mientras se sentaba en el mármol y esperaba a que la mente de Knox volviera a absolverla.
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2. Staunch
FanfictionElla se transformo, y no metafóricamente; en realidad algo había cambiado después de tantos meses. |Secuela de With You|