From The Pinnacle to The Pit

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"Habrá una convergencia, la más grande y deseada por algunos, será en Londres"

Estaba tan gélido el aire que Kelcy maldijo al haber olvidado su abrigo, sólo contaba con una maleta repleta de cosas que usaría en su viaje. A su derecha tenía la compañía de Knox que a regañadientes había accedido acompañarla.

— ¿Es aquí? —preguntó él de nuevo.

Estaban al pie del edificio, Kelcy había perdido la razón cuando sintió vértigo, a pesar de los años seguía queriendo huir de ese lugar.

Kelcy asintió y ambos avanzaron, moviéndose entre la multitud de personas que llevaban prisa a sus trabajos, ella se sentía distinta como si no hubiese existido por mucho tiempo, cómo si ese lugar fuese nuevo.

El interior del edificio había cambiado de nuevo y ella se olvido de eso cuando se percató de que Nick estaba al pie del elevador con una mujer, que Kelcy reconocía pero no recordaba de dónde. Ella detuvo a Knox antes de que avanzará.

— Espera —señaló al par frente al elevador—, la conozco y a él también.

— Estabas en el bosque con él —dijo Knox sin quitar la mirada de ellos.

— Lo sé pero... —se quedó sin aliento cuando recordó quién era.

Obligó a Knox a girar cuando el par lo hizo, sabía quién era y sintió como su mente se conectaba de nuevo, como los recuerdos volvían. Knox estaba totalmente desconcertado observando el rostro de Kelcy.

— ¡Habla! —siseo Knox.

— Tenemos que irnos —balbuceó Kelcy.

— ¿A caso te aterra ese par? —se mofó Knox—. Haré que ellos te teman a ti.

— ¡Podrías dejar de sentirte Dios por un instante? —siseo Kelcy observando a todos lados—. Ella estaba en el hospital conmigo, ella está con ese grupo, el que me explicaste.

El momento tomó forma para los ojos de Knox, venían por el mismo motivo que ella estaba ahí, querían cruzar el portal y vagar por Asgard u otros mundos. Kelcy le lanzó una mirada nerviosa a Knox y el asintió.

— Los mataré.

— ¡Knox!

Él rodó los ojos y tomó a Kelcy por los hombros.

— Aprende a enfrentar tus miedos —dijo él sabiendo que Kelcy no podía ni controlar las lágrimas.

— Quieren que muera —respondió Kelcy.

— Eso no pasará.

Knox tomó por el brazo a Kelcy y salieron por la puerta lo más rápido posible, sin mirar atrás ni hacer ruidos que llamasen la atención. Sin embargo Nick y su acompañante lo habían notado y avanzaban detrás de ellos.

La chica de cabellera rubia observaba a Nick con curiosidad, él asintió.

— Irán a la convergencia —dijo ella observando a Kelcy y a Knox subir al automóvil.

— Nos llevarán hasta ella —agregó Nick—, justo como lo predijeron.

— ¿Qué te hace creer que todos cruzaremos? No todos están listos.

Nick tomó el arma en su cadera, sintiendo la presión del gatillo en su dedo índice, le excitaba el sentir el frío metal de un arma. Observó a la chica directo a los ojos y sonrió. Ella bajó la mirada sonrojada.

— Lo solucionaremos —la acercó a él—; me encargaré de la carga que llevas.

Nick le plantó un beso a la fuerza, tanto que ella ni siquiera lo había venido venir, se dejó llevar. Mientras tanto el sacaba el arma de sus pantalones y la colocaba en el tórax de la chica; cuando ella se separó de sus labios él sonrió vehemente y tiró del gatillo.

2. StaunchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora