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JESSIE


Mientras el conductor va bordeando rotondas en dirección a la salida del pueblucho muerto yo rebusco en mi bolso el ipod para sumergirme en mis pensamientos, me coloco los cascos, lo enciendo y continúo con la lista de reproducción.

Bueno, no ha sido un mal día después de todo, hemos visto dos capítulos y he tenido tiempo hasta para mí, ya mañana me tocará hacer ejercicios pendientes de clase y volver dentro de dos días a clase pero por lo menos tengo a Rosa , mi gran amiga, a la que le cuento todo y compartimos muchos momentos divertidos en clase.

Se me apaga el ipod que apenas tenía batería y me sobresalto cuando escucho el sonido de próxima parada que alguien habrá accionado entrando ya en mi ciudad. Espero tres paradas más, pulso el botón y vuelve a iluminarse la pantalla escuchando próxima parada. Me levanto, bajo del autobús y me decido a paso rápido a escoger que atajo me llevará más rápidamente a mi casa, ya que hace un frio casi invernal y no quiero resfriarme.

Mientras camino decido que es buen momento para rebuscar en mi bolso un cigarro y un mechero esperando que nadie conocido pase cerca para tener que dar explicaciones que no quiero; una vez ya casi he terminado y voy por calles oscuras agilizo el paso, ya solo me quedan cinco minutos para llegar a casa porque la parada que aun así me cae más cerca de mi casa está a unos 25 minutos de ella. Podría coger el tren pero el bus suele pasar más seguido y es más barato, ya que la mayoría de las veces el dinero del fin de semana me lo gasto entre los viajes y comida para mí en el supermercado cuando Antonela ha preparado lo justo para ella y su hijo.

Una vez en mi casa puerta subo a mi casa, abro la puerta y saludo a toda mi familia, me apresuro a llegar a mi habitación, busco el móvil y le mando un mensaje a Felix diciéndole que ya he llegado como siempre hago. Me cambio de ropa, me pongo el pijama y vuelvo a coger el móvil pero aún el no ha visto mi mensaje.

Pasan 20 minutos y ya estoy en la cama para irme a dormir, vuelvo a mirar el móvil, aún no ha visto el mensaje pero me digo que estará ocupado y que ya lo mirará, decido poner la alarma para mañana y cuando menos me doy cuenta ya estoy profundamente sumergida entre sueños.

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Al día siguiente me suena la alarma del móvil, me desperezo e incorporo, localizo mis apuntes para pasar un domingo de estudio, mientras dejo el móvil cargándose apagado y decido dedicar toda la mañana a mis tareas de instituto.

Almuerzo con mi familia, recojo la mesa y vuelvo a terminar unos trabajos pendientes, mientras que los voy terminando miro hacia mi móvil y ya veo la luz verde que me indica la batería totalmente cargada, enciendo el móvil y miro la hora , ya son las 17:05 horas de la tarde.

Cuando el móvil se termina de iniciar empiezan a llegarme mensajes tras mensajes, los leo uno tras otros, varios sms y mensajes con llamadas perdidas a mi móvil, me quedo horrorizada ante los mensajes, me tiembla todo el cuerpo y no doy crédito ante lo que está pasando...

Hacia mi luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora