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JESSIE

- Hola, ya he vuelto, resulta que hoy he podido salir antes, que tal hijo, ¿cómo has pasado la mañana?

- Bien mamá, la mañana ha ido todo lo bien que debe ir – responde Félix, irritado por la pregunta de la madre. Como se nota que no quiere hablar con ella, pero para mi ha sido una bendición que llegara ya que no me encontraba con ánimos.

- Bueno mamá, íbamos a ver una peli ¿puedes dejarnos tranquilos?

- Claro hijo, solo quería saber qué tal te había ido el día - se queda mirándole un rato esperando a ver si decide contestar algo más, viendo que Félix pasa de ella, decide cerrar la puerta y dejarnos tranquilos, pero antes de eso, me fijo que se queda mirándome con aire de superioridad y rivalidad, y poco después se escucha la puerta cerrarse.

Félix pasa de preguntarme y decide poner una película, "los mercenarios" pero para mí desgracia esa película no me gusta, porque es de acción y no me llevo muy bien con ese tipo de género, soy más de las películas de romance, policiacas, o ciencia ficción. Decido no decirle nada y veo la peli a regañadientes.

Sobre las 7 de la tarde cuando ha terminado por fin la película le comento que me apetece dar una vuelta para que nos dé el aire un rato, entonces se gira y me dice:

- Mira, tengo que hacer una misión en el juego primero, es muy importante, cuando la termine, me visto para salir y nos damos una vuelta, ¿entendido?

- Entendido –

Contento con indignación, encima que he tenido que tragarme una película que no me gusta mucho, quiero salir y tengo que esperar, me quedo pensando un rato , pero me auto convenzo que solo será un ratito, que en breves momentos se vestirá y podremos salir juntitos a dar un paseo como cualquier pareja normal. Me estoy empezando a cansar de estar todo el día aquí encerrada y si encima vemos programas o películas que no me hacen mucha gracia, pues es muchísimo peor todavía.

Pasan 30 minutos y sigue metido en el juego, yo mientras estoy con el móvil, esperando que me diga en algún momento que ya ha terminado, pero pasan los minutos y sigue con la cabeza fija en la pantalla, los cascos puestos y parece que casi no pestañea mirando el juego de rol y a su personaje.

Después de 60 minutos, veo como se quita los cascos y miro el reloj, son las 19:45 horas, vamos un poco ajustados de tiempo si quiero salir a dar un vuelva que al final se convertirá en una vuelta para ir a coger el bus e irme.

Se levanta y empieza a vestirse, yo recojo las cosas que están por medio, me dirijo al servicio a peinarme el pelo, y cuando salgo ya está vestido y arreglado para salir, pero no está como a mí me gustaría, lleva unos pantalones negros, una botas negras, una camiseta de algún grupo de música que desconozco porque no me gusta el género que él conoce como rock- duro, y por ultimo su gorra que a él le encanta porque le da un toque más de malote.

- No puedes ponerte algo un poco más alegre que siempre estás con esas ropas tan oscuras- le digo de repente y casi sin darme cuenta que acabo de hacer.

Me observa con cara de extrañeza avanzando lentamente hacia mí, y me suelta al oído..

- ¿Qué tiene de malo esta ropa? Si no te gusta, tampoco te gusto yo.

- No quería decir eso Félix, solo es que te veo muy de negro, aunque sé que te gusta podrías ponerte de vez en cuento alguna otra camiseta de algún tono más claro, pero tú sí que me gustas, solo que te quiero ver algo más distinto.

- ¿Acaso quieres cambiarme? ¿cambiar mi personalidad? – me dice Félix con un poco de rabia en sus ojos.

- No, claro que no, no me entiendes lo que quiero tratar de explicarte- le digo a trompicones mientras me tiembla la voz por el miedo.

- Solo intento que veas otro tipo de ropa para verte mejor, por ejemplo, a la hora de ir a trabajar no pretenderás ir con esta ropa – procuro intentar arreglarlo a la vez que lo observo cómo sus ojos de rabia van cambiando un poco a otra forma como de comprender porque mi forma de preocuparme por su ropa.

- Bueno, si te referías a eso, tengo camisas blancas en el armario, pero hoy pienso ir así vestido y que no se hable más del tema si no quieres volver a verme enfadado.

Una vez que salimos a la calle ya son las 20:15 y es un poco tarde, pero decidimos dar un breve paseo por el centro del pueblucho muerto antes de dirigirme a coger el tren de camino a mi ciudad.

Salimos del portal, vamos agarrados de la mano, y noto como sus anillos de las manos se me van clavando en mis dedos. Siempre suele llevarlos para que le dé un aire más gótico y de chico malo.

Caminos juntos por varias calles con apenas personas y llegamos al centro de la ciudad que parece algo más poblada, entonces noto como me empieza a apretar aún con más fuerza la mano contra las suyas y cuando me giro para mirarlo veo como su cara es otra muy distinta a la que estoy acostumbrada a ver, está con un aspecto muy blanco como cuando te pones malo o te baja la tensión, y sus ojos están fijos al frente, quietos mirando a un punto fijo, y noto como si yo tirara de él insistentemente para poder andar en la calle.

- Félix, ¿qué te ocurre? ¿te duele algo, o no te encuentras bien? – pero no me habla, sigue mirando a un punto fijo, como si se le hubiera ido todo lo chico malo que es.

Miro hacia ese punto y solo veo una chica, paseando con su perro, pero nada más, no veo nada extraño. De repente ella que se aproximaba hacia nosotros, se detiene y observa que la estoy mirando, pero no tarda ni dos segundos en quitarme la mirada y mirarlo a él, a mi novio.

Acaso le ha gustado mi chico y lo agarro con más fuerza de la que el me agarraba a mí antes.

Ella se sigue acercando, pero también la veo rara con la cara, no consigo saber porque también está nerviosa, hasta que cada vez se aproxima más y no puedo hacer nada para evitarlo, tampoco quiero montar un numerito en medio de la calle, ni tirar de él con muchísima fuerza porque quedaré en ridículo en medio de todos los que pasean.

Una vez se ha acercado lo suficiente a mi novio, veo como el perro de ella, se acerca también y se sube a sus piernas moviendo la cola contenta, lo observo con más detenimiento, es un cocker, oscuro casi negro, muy bonito y parece conocer a Félix, pero no puede ser. Entonces para mi sorpresa la chica se dirige a él, le da dos besos y lo saluda.

Hacia mi luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora