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JESSIE

Empiezo a notar que he vuelto a meter la pata y mi yo interior me ha traicionado claramente, dejando que de mi boca salieran todas esas palabras sin poder contenerse siquiera.

Lo miro, y veo cómo por vez primera él se empieza a fijar en mí, no como con las otras chicas que parecen ser muy buenos amigos y supongo que se conocen desde hace más tiempo, tendrán más buen rollo, pero noto que si sus ojos pudieran ver a través de mi alma ya me habría atravesado, como si estuviéramos conectados, como si todo fuera irreal, y en ese momento, ese lugar existiéramos tan solo el y yo.

Se aproxima un poco más hacia mí, casi tanto como para notar su respiración, y ver cómo sus ojos me empiezan a analizar mirando de arriba a abajo mi aspecto:

- Pues las chicas que me gustan suelen ser morenas - dice casi sin pensar, observándome atentamente.

BIEN

digo al instante en mi cabeza sin que se me note en la expresión.

- También que sean más bajitas que yo, ya que no me mola que sean de mí misma estatura o superior.

Ohh, no, ¿por qué? - vuelvo a discutir conmigo misma mentalmente.

- Además, me suelen atraer casi siempre las que no lleven nada metalizado, vamos que no usen piercing en ninguna parte del cuerpo y además tampoco me atraen los tatuajes, así que prefiero que no lleve la piel tatuada.

Ya se fastidió todo, pienso al instante- si es que nada puede salirme bien, le gustan morenas, que es lo único que concuerda conmigo, porque por lo demás no soy su tipo para nada. Soy una chica alta, según la media estándar, y creo que solo soy más baja que él por uno o dos centímetros por debajo, pero con lo que no hay ninguna solución es con el tema del piercing y los tatuajes, eso no tiene remedio.

......¡Maldito Félix!......

Lo maldigo casi al instante, por convencerme a hacerme tantos piercings en la oreja, aunque el que tengo en la nariz es porque yo quise hacerlo por voluntad propia al cumplir la mayoría de edad, como rebeldía hacia mi madre y era la moda de por aquel entonces, además según mi vestimenta de esos años de mi vida, cuanto más tatos y piercing mejor. Ya referente a la piel tatuada, tengo uno, pero no se ve a simple vista por lo que no tengo que decírselo.

Vuelvo a la realidad mientras me desilusiono poco a poco y cuando mis ojos lo enfocan lo noto cada vez más cerca.

Félix: Bueno pues ya te he dicho como me gustan las chicas. Así, de ese estilo...... como TÚ.

¿Pero que acaba de decir? ¿qué le gustan las chicas como yo? pero si en ningún momento me ha prestado ni el más mínimo interés, ni me ha hablado, solo ha sido el más borde del mundo, al contrario de los demás chicos, que han estado tan atentos conmigo.

-No lo entiendo -

En ese preciso instante que me dijo... como TÚ. Se acerca a mis labios y yo estoy petrificada, no sé cómo actuar, qué hacer y lo único que me dice mi cuerpo es ..... déjate llevar.

Eso es lo que hago, me dejo ir en un profundo beso, un toque de labios tan intenso que hace que me salten esas maripositas en la barriga.

No lo puedo creer, estoy en una nube, ahora mismo me tiembla todo el cuerpo, y siento como esas maripositas que llevaba tiempo sin experimentar vuelven a mi interior y me hacen vivir de nuevo.

Esos segundos pasan como minutos que no quiero que termine, y espero que el tampoco. Justo cuando sus labios se separan, vuelvo en mí como si hubiera pasado media hora flotando.

No puedo creer que esta noche sea él, precisamente él, la persona que no me hacía ni caso una hora antes, que no veía nada de interés en mí. Él, que era inalcanzable, porque pensaba que no le atraía, él es tan hermoso con esos ojos verdosos que parecía que me atravesaba en el instante en el que me besaba, que llegaba a intimidarme, pero aun así los deseaba y los deseo cada minuto.

......................

El acaba de besarme y aun me digo a mí misma que no me lo puedo ni creer, precisamente a mí, a la don nadie, la chica que hacía cuatro meses no era absolutamente nada y se movía entre la monotonía de su vida y me vuelvo a repetir en mi interior que me ha besado a mí, todavía sin creerlo y mi interior desea que esa noche nunca terminase.

Hacia mi luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora