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JESSIE


Voy andando como puedo con los tacones negros que tengo puestos, esperado no caerme por el camino y mirando todo el tiempo al suelo para mantener el equilibrio y no pisar donde no debo, cuando me doy cuenta que casi he llegado, miro al frente y veo a Alex y Danielo que se dan cuenta de mi presencia y se acercan a saludar.

hola preciosa, llegas tarde - me advierte Alex, con mirada de preocupación - pensamos que te habías rajado en el último instante.

No ,No, solo es que me he entretenido más de la cuenta, perdona - le respondo al instante.

quedas perdonada jejejeje - me dice Danielo al saludarme - pero solo, si esta noche me das un beso - me dice insistente.

¿Como? - le respondo algo angustiada.

Es broma mujer, como se nota que no lo pillas jejejeje - me dice partiéndose de risa , a lo que yo le respondo riéndome un poco para que se me pase la angustia y el calor que me ha surgido de repente.

Se dirige Alex a Danielo y empiezan a hablar de los que se han comprado para beber esta noche, y yo escucho atentamente cómo hablan de las distintas botellas de alcohol que han ido bebiendo en las últimas semanas, como si de refrescos se tratara. Entonces se dirigen a mí y preguntan:

Oye, ¿ tú no bebes nada? no veo ninguna botella por ningún lado - me dice Alex , a lo que le respondo- No , no suelo beber alcohol.

Espero mirándolos fijamente como se miran y empiezan a cambiarles la cara hasta que se parten de risa.

¿Qué es tan gracioso? - les comento, algo molesta.

Nada, nada, que nunca habíamos conocido nadie que no bebiera nada de alcohol, es sorprendentemente extraño. - me suelta Alex, algo interesado.

Pero no te preocupes mujer, que hoy es mi cumpleaños y te voy a invitar a unas copas especiales solo para ti - me dice Danielo mirándome tan fijamente que puedo notar como me atraviesa el alma.

Entonces me dispongo a darle las gracias, cuando un bocinazo me asusta de repente. Miro como se acerca un coche plateado algo gastado de pintura y con aspecto mal cuidado.

Alex y Danielo se acercan a la ventana del copiloto y lo saludan, escucho murmullos y entre ellos distingo un nombre, Ángel, y me viene a la cabeza el día del bar, cuando pensaron en llamar a un chico solo porque tenía coche y así era, ahí estaba él , con su coche antiguo, siendo utilizado.

De repente se aparta Alex y danielo, observo como el muchacho del coche se dirige a mí para saludarme con la mano desde la distancia.

Hola guapa, soy Ángel - me saluda alegremente.

Cuando lo miro entre la oscuridad, observo que el pobre no es muy agraciado, pero no tardo en contestarle respondiendo al saludo e intentando que no note que lo observo más de la cuenta.

Disculpa, si quieres estar más cómoda en el trayecto que aconsejo que te sientes de copiloto , porque atrás estarás más apretujada - me sugiere Ángel tímidamente, y noto como Alex y Danielo lo fulminan con la mirada.

Ángel suelta una pequeña risita esperando que le conteste, entonces decido asentir y darle las gracias por la oferta del asiento.

La verdad que prefiero estar delante cómodamente que detrás apretujada con los demás- me digo a mí misma en mi cabeza.

Los observo y miro la hora , ya son las 23:14 H, y aún no hemos salido.

Me dirijo a los tres y les pregunto - ¿Falta alguien por venir? - Los tres se miran y luego responden - No, estamos todos.

Entonces observo como me miran, pero me fijo nuevamente y no me están mirando a mi sino detrás mía y empiezo a notar una sensación extraña como si tuviera a alguien detrás.

Entonces me giro despacio mientras miro mis pies para no caerme con los tacones, voy dando pequeños pasos mientras voy girando y veo unos zapatos de vestir negros muy elegantes, luego voy subiendo la mirada y observo unos jeans azules oscuros algo desgastados, pero no pasados de moda, y sigo subiendo la mirada mientras un abrigo de vestir negro bastante elegante me llama la atención y de repente nuestras miradas se cruzan.

Una mirada difícil de rechazar, una mirada penetrante y analizadora, pero a la vez con misterio y curiosidad.

Entonces veo como sus ojos verdosos, no quieren apartarse de mí, y sorprendentemente los míos tampoco.

Hacia mi luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora