Hacia mi luz

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JESSIE

Miró para todos lados y sigo sin saber dónde se ha metido. Me voy decidida hacia la entrada esquivando a varias parejas que bailan pegados, y es entonces cuando veo a Danielo haciéndole miraditas a dos chicas que bailan juntas. Me entra risa viendo cómo ellas pasan del antes de que el pobre se dé cuenta y es entonces cuando una voz me susurra al oído:

- eiii, muñeca ¿qué haces aquí tan sola? - y una risita picara a continuación.

Cualquier otra persona se hubiera girado, seguido el rollo o directamente no se hubiese girado y se hubiese ido, pero yo solo ... me dejé llevar.

Empezó a escucharse danza kuduro de don Omar, a ritmo de fogonazos de luces que parpadeaban tan rápido que veía diferentes cuerpos moviéndose a cámara lenta a ritmo de la canción y mi cuerpo iba solo, sin miedo, sin saber muy bien que pasaría, pero no me importaba ya que en esos instantes era feliz por vez primera.

Las manos arriba, cintura sola, da media vuelta Danza Kuduro, no te canses ahora, ya solo empieza, mueve la cabeza.

y es cuando note esas manos en mi cintura a ritmo de mis movimientos ayudándome a girar haciendo que nuestras bocas estuvieran tan pegadas la una a la otra que notaba perfectamente su respiración.

Se fue acercando cada vez más, hasta que noté como nos frotábamos hasta el punto de notar su excitación detrás mía, cosa que me puso nerviosa, pero seguí bailando, hasta que la música cambió y fue entonces cuando el me giró y nos quedamos mirándonos a los ojos.

No sé si pasaron segundos o minutos, pero estábamos aun en la pista sin poder quitarnos la mirada, sintiendo su mirada penetrante traspasándome y por un segundo noté mi nerviosismo, y aparte mi mirada.

Caminé hacia la barra para pedir una copa, ya que notaba la garganta tan seca que me costaba tragar saliva, y noté en mi oreja su respiración antes de que me dijera:

- ¿Te pasa algo?

- No solo que necesitaba una copa.

- Ah, vale, como te has ido de repente sin decir nada, pensé que habría hecho algo que te ha molestado.

- No, no tranquilo, todo bien.

No, todo no estaba bien, a menos para mí. ¿cómo es posible notar tanto en una sola mirada? sentirme tan cómoda, ser normal. No sé por qué, pero me notaba extraña, y no debería porque lo estaba pasando genial, pero mi cabeza, o mejor dicho mi corazón me decía que tantas cosas buenas no eran reales. Ese chico no podía ser tan maravilloso, y hacerme sentir tanto con tan poco. No sabía qué hacer, si seguir como si nada o cerrarme en banda, para luego no sufrir.

Cómo no sabía cómo actuar, me dirigí hacia los baños, diciéndole a Víctor que me dirigía a los baños.

Entre y vi que había varias chicas delante, así que tocaba esperar, pero mejor así, podía poner en orden mis pensamientos.

Lo que no me imaginaba era, que la persona que entró detrás de mí, sin darme cuenta, se acercó a mi odio y dijo:

- Ten cuidado con Víctor.