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VICTOR

¡Dios! Me digo a mí mismo, mirándola sin poder apartar la mirada, mientras que ella me observa de una forma casi angelical que hace que me vuelva a latir el corazón. ¿Como es posible eso? ¿Acaso me estoy volviendo loco?, me digo sin poder quitarle el ojo de encima.

Hacia tiempo que no volvía a sentirlo, el nerviosismo, ahí afloraba de nuevo, pero no, no quiero volver a sentir. Además, con todos los que somos y solo ella, cualquiera de estos se va a pelear seriamente por conseguirla, de modo que paso.

Vengo solo a pasar la noche y distraerme, pero no a competir, así que Víctor, chaval, quítate ese nerviosismo de encima porque ella no es para ti.

Hacia mi luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora