Peek #8

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POV Hangeng

El cansancio me hizo dormir toda la noche, sin embargo el dolor de estómago se hizo presente en cada momento sobre todo en mis sueños.

Pude escuchar los gritos de mi mamá y mi papá fuera en el pasillo pero no tenía fuerza para prestarles atención.

Fue un golpe bajo cuando oí al Intruso hablar de esa forma tan protectora conmigo. Pero mi tía no era un gato manso como para poderse vengar así porque sí. Quería gritarle por atreverse siquiera a pensar que un ser tan débil como él podría hacerle frente a la flecha de caza que era mi tía, pero no podía ni moverme en el estado en el que estaba y apenas si podía mantener un hilo de pensamientos.

Toda la noche sentí sobre mi mano un ligero peso, pero hasta que desperté en la mañana y fui capaz de abrir los ojos no me di cuenta que era la mano del Enano sobre la mía.

Me levanté un poco para verlo mejor y me di cuenta que se había quedado toda la noche a los pies de mi cama. Me senté en la misma y sentí como una punzada de dolor devoraba mi estómago y no me quedó otra opción que volver a acostarme. Suspiré pesadamente y moví mi pie para intentar despertarlo lo más dulcemente que mi pie fue capaz de hacer.

— Rye... —me aclaré la garganta antes de continuar—Enano, ya amaneció —le dije, pero mi voz me sorprendió al estar mucho más bajo de lo que era la intención hablar.

Sentí movimientos sobre mi almohada y subí la cabeza pero unas patas muy moliditas me robaron la visión por unos instantes. Las patas siguieron todo su curso por mi cara hasta llegar a mi cuello y a pesar de que fue débil, me reí.

— Tonto —le dije al gato mientras lo agarraba entre mis manos para acariciarlo. Luego alcé la vista y vi parada a una de las 'amigas' con dos platos de desayuno bastante considerados.

— Joven —dijo mirando a Ryeowook— ¿Desayunarán aquí? —le preguntó antes de dejar la mesita en mi escritorio.

Lo miré mientras ella y yo esperábamos su respuesta.

POV Ryeowook

— No —llevé mis manos a mis ojos, estos me ardían por la fuerte luz— Supongo que quiere estar solo.

Ni le di tiempo para responder, salí de su habitación dejándolo allí. Sé que ahora lo menos que querría era verme. Caminé hacia mi habitación buscando mi uniforme, teníamos clases y aquello me daba flojera. ¿Cómo no?

— Me duele el cuello.

~*~

Las clases estaban aburridas me dolía todo el cuerpo. No podía prestar atención a las clases, apenas había llegado al colegio Donghae me cuestionó muchas cosas. Estaba preocupado por mí. Realmente se sentía bien ser querido por alguien y que este sea tu amigo. Estaba feliz por ello. La mañana pasó rápidamente, Hangeng aún seguía delicado y no había asistido a clases a petición de sus padres. De alguna u otra manera me sentía solo al no verlo.

Los días pasaron, tres para ser exacto y aún seguía asistiendo solo a clases. Era bastante aburrido no ver su rostro, sin él me sentía perdido. ¿Por qué? El me trataba mal, lo sé pero.... Era el único con el que me sentía cómodo en esa mansión por ello insistí en cuidarlo los días que estuvo delicado, recibiendo más palabras suyas diciéndome intruso, enano. Aunque suene raro, ya me acostumbraba a ello y lo veía, de alguna forma, agradable. ¿Raro, cierto?

— Hangeng te traigo la cena —era viernes el último día de la semana de clases. Venía el fin de semana— Como ya estás mejor pensé en hacerte este plato especial para....

— No lo quiero —apenas lo coloqué en la mesita me giró el rostro— Ni quiero verte. Me tienes arto.

Quedé estático al sentarme, a veces sus palabras no eran fuertes pero sí su indiferencia. Había hecho de todo para que pudiera aceptarme o al menos verme con una sonrisa diciéndome lo torpe que era. ¡Cualquier cosa!

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