Gaze of Love

Peek #26

POV Zhoumi

Había salido junto con el par de amigos, observando la escena a medida que transcurría. Viendo la desesperada cara y las tristes lágrimas que resbalaban por las mejillas del más pequeño.

— Wookie... —dije imponiéndome al ruido de la lluvia.

Había escuchado, había escuchado perfectamente a mi amigo gritar desde dentro de la casa por mi nombre. Sabía lo que me pedía y estaba dispuesto a cumplirlo.

— No te preocupes por nada... —me acerqué, hablándole despacito y tranquilizadoramente; las gotas comenzaban a bañarnos a ambos. Lo abracé protectoramente— Ven a mi casa, yo te puedo ayudar a solucionar todo esto, no te preocupes por más nada. Estás en buenas manos —finalicé para cargarlo dentro del auto que ya los esperaba.

Estaba impactado, no recordaba al padre de Hangeng como un ser tan hostil ¿Qué había pasado para que cambiase de esa forma? Y más aun lo que me desconcertaba eran los gritos de su hijo que aún resonaban fuertemente sobre mis tímpanos.

POV Hangeng

Era horrible, asqueroso. Estaba encerrado en mi cuarto, literalmente, porque había echado la llave a la puerta.

Era perfecto. Me iban a controlar todo el día, se iban a asegurar de que me olvidase completamente de que él existió alguna vez. Pero lo que no sabían era que, al irse él, todo mi ser se había ido. 

La única que parecía apoyarme era mi mamá, pero sabía perfectamente que sus intentos iban a ser en vano si mi papá no quería cambiar su decisión; y ya la había tomado. No lo iba a dejar entrar y tampoco me iba a dejar salir (gracias y al cielo si podía ir al colegio).

Iban a cambiar todos los criados, sabía que me llevaba bien con ellos y que podrían conspirar conmigo asique mi papá en tan solo una hora logró que, en vez de sirvientes, hubiese hombres entrenados para custodiarme, incluso el chofer.

Pero ya no me importaba nada. Al cerrar la puerta detrás de Ryeowook le habían cerrado la puerta a mi felicidad, sentía que esta había dejado de ser mi casa, incluso había dejado de ser mi familia (excepto mi madre, ¡mi santa mamá!). Nada tenía sentido ni propósito, no si él no sonreía, si no estaba feliz.

Su sonrisa era mi luz. Su corazón era mi casa. Y su presencia era mi familia.

— Joven Hangeng —dijo la voz de uno de los nuevos sirvientes. Nuevamente me había quedado toda la noche despierto; llorando como un maldito bebé— El desayuno está listo.

— Me baño y voy —dijo mi voz sin emoción alguna.

Entré al baño e hice lo que planeaba, luego me cambié y bajé con mi mochila lista para irme ni bien terminase de desayunar. Todos eran rostros nuevos, a excepción del chef al cual le habían cogido algo de confianza.
Nuevamente, después de un mes y unos cuantos días, estaba desayunando solo.

Cuando terminé me dirigí al auto que me conduciría a la escuela. No tenía buena cara y tampoco pensaba tenerla hasta que lo viese, hasta asegurarme de que todo iba bien con el pequeño.

— Llegamos joven —me bajé y me encaminé al salón, esperando verlo allí.

POV Ryeowook

— ¿Está bien... que me quede en tu casa? —le pregunté al sentarme en la suave cama.

Aunque lo era suave y hermosa, no tenía aquella cálida esencia de la mansión.

— No te preocupes —se sentó a mi lado, mirándome— Todo estará bien. Yo.... te protegeré. No llores~

Y es que si me lo decía así quería llorar más aún. Mis piernas subieron a la cama, apretándolas contra mi pecho, abrazándolas con mis manos. Y apoyando mi cabeza en ella.

Todo se había ido abajo en un solo día. Un minuto. Un segundo.

— Debe ser duro —susurró— que todo esto pase en tu cumpleaños. Estabas siendo tan feliz. Y todo se terminó, lo siento. No quería que saliera así.

— No tienes por qué disculparte —levanté el rostro, dejándole ver cómo había lágrimas en él— Gracias por.... todo.

— Descansa... solucionaremos esto —prometió— Haré lo mejor que pueda para ayudarte.

— Zhoumi —llamé intentando sonreír. Era una esperanza— Gra-gracias.

Y viendo como sacudía la cama, me acosté en ella.
Sé que lloraría toda la noche, que tengo miedo de dormir. Pero debo pensar en un futuro prometedor... Todo podía salir bien, ¿verdad?