POV Zhoumi
No había pasado mucho tiempo antes de que ambos nos quedáramos dormidos en la cama con los ojos cerrados mirando al techo. Hangeng acurrucado en su lugar y yo gato aún en mi zona abdominal.
De repente, el sonido del timbre me despertó de mis sueños, despabilando levemente al otro.
— Sigue durmiendo —le dije besando su frente; Hangeng no hizo más que aceptar la orden y volvió a cerrar sus ojos, restándole importancia a la tormenta que se había desatado fuera de la casa, pero que inconscientemente, él sentía dentro de sí.
Salí de la habitación refregando mis ojos hasta la puerta y una vez enfrente de esta la abrí para encontrarme, increíblemente mojado, al Enano.
— Pasa, pasa —en un perfecto coreano le invité adentro mientras cerraba la puerta— Oh, creo que no me presente. Soy Zhoumi, el mejor amigo de la infancia de Hannie —acto seguido extendí mi mano esperando que el menor la estrechara— Creo que deberías ir a cambiarte o te resfriaras. Yo iré a hacer chocolate caliente para ambos. Te espero en la sala, he esperado mucho para conocerte —confesé sonriendo cálidamente al menor— Hangeng está durmiendo —agregué en un tono más bajo, pues su mirada inspeccionando en la casa me dio a entender que temía encontrarlo nuevamente enojado— Trata de no hacer ruido, me costó tranquilizarlo —volví a sonreírle y me dirigí a la cocina para preparar susodicha bebida.
Abrí la alacena para buscar el cacao y luego puse a hervir leche. Unos minutos después mezclé el cacao con la leche y los serví en dos vasos bastante generosos en tamaño. Luego busqué galletitas de chocolate para acompañar la conversación que tendría con el intruso, me dirigí a la sala.
El menor tardó un poco, pero finalmente apareció por la puerta. Le hice un gesto para que se sentara frente a mí y le ofrecí una taza de la bandeja para luego tomar la otra. Antes de hablar le vi aspirar el aroma a chocolate que emanaba la taza para luego llevársela a los labios para tomar un gran sorbo.
— ¿Cómo te encuentras? —pregunté con un deje de preocupación en mi voz— No te sientas obligado a hablar. Si quieres confiar en mí, hazlo, quiero que sepas que puedes.
POV Ryeowook
Estaba actuando idiota. Ni siquiera había tomado las llaves de la casa de Donghae, busqué una vez más en mis bolsillos sin tener resultado alguno. No me quedaba de otra que tocar el timbre de la mansión.
Con el cabello empapado, gotas de agua chorreando de mi cabeza crucé mis brazos tratando de darme calor. Aquella tormenta me había agarrado desprevenido. La puerta se abrió viendo como aquel moreno de la tarde e miraba.
— Pasa, pasa —le escuché decir. Con pasos rectos entré a la casa. Estaba muriendo de frío.
Se presentó amablemente conmigo, y luego me ofreció una taza de café después de que me cambiase de ropa. Tenía razón quizás pesque un resfriado en este estado, subí hacia mi habitación y tomé mi pijama colocándomela. Colgué la ropa mojada en el baño y saqué una toalla para enredármela en el cabello.
Listo para tomar un café caliente bajé hacia la cocina viendo como aquel joven llamado Zhoumi me invitaba a sentarme frente a él.
— ¿Cómo te encuentras? —me preguntó amablemente. No parecía el mismo chico rudo del encuentro de hoy— No te sientas obligado a hablar, si quieres confiar en mí, hazlo, quiero que sepas que puedes.
Vi su sonrisa. No podía ser más sincera. Un joven mayor que expresaba abiertamente sus sentimientos preocupados por su amigo. Tomé un sorbo de la taza antes de hablar.
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Gaze of Love
Short Story"Tal vez mañana decida desaparecer de este mundo para no alterar tu vida." Ryeowook es un pequeño y tímido joven que quedó huérfano a temprana edad siendo cuidado en un orfanato. El amigo de su padre, un importamente empresario chino, es quien decid...