Peek #23

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POV Hangeng

No pensaba ni estaba en mis planes que me pidiera semejante cosa. Otro helado, un peluche, ropa... Pero no, él quería un beso.

— Estás... loco —le susurró mi voz, pero por más que mi voz era baja, mis sentimientos gritaban dentro de mi mente completamente fuera de control, fuera de sí.

Mi corazón se aceleró y fijé mi vista en el adorno de celular que colgaba de mi mano derecha y, tomando el dichoso aparato, coloqué en la pequeña ranura el adorno para luego volver a guardarlo en el bolsillo.

— Volvamos al auto —le dije sin ninguna emoción en mi voz mientras llamaba a la camarera para que cobrase los helados y podernos ir tranquilos.

Pero la verdad, era que yo no estaba para nada tranquilo. Mi corazón latía con toda su fuerza dentro de mi pecho y sentía como un leve calorcito invadía mis mejillas tiñéndolas levemente de rosa. Mi mente me formulaba preguntas que no tenían respuesta y la petición de Ryeowook rondaba cada rincón de mi espíritu.

"No será que la atención que capto... ¿Fue la tuya?" me dijo Zhoumi.

"Si. Son lindos, mira, mira. Son dos corazones, quiero esto Hyung" me había pedido Ryeowook, y yo, se lo había concedido sin pensarlo dos veces.

"Sé que tú y yo nunca... por ello te pido que como regalo... un beso tuyo" me lo pidió de una manera suplicante e inocente siendo consciente quizás de mi negación pero, ¿por qué negárselo, si lo otro se lo había dado tan fácil? ¿Por qué no besarlo si para mí no iba a significar nada? ¿O es que si iba a significar algo?

No me di cuenta cuando fue que choqué con mi propio auto y abrí torpemente la puerta del conductor mientras veía como Ryeowook se sentaba atrás. ¿Por qué atrás? ¿Le molestaba mi presencia?

Me tomé unos instantes y reposé mi cabeza sobre el volante, intentando tranquilizar mi mente y mi corazón que, lentamente, fue disminuyendo su marcha permitiéndome a mí pensar con más claridad.

¡Pero qué diablos!

Era su cumpleaños y el solo me había pedido un simple beso, una simple muestra de cariño que hacía más de dos años yo había comenzado a practicar. Era un experto, no me faltaban ni trucos ni artimañas.

Me levante y cerré la puerta tras de mí mientras me dirigía hacía la puerta trasera: los vidrios eran polarizados, nadie vería nada.
Me introduje devuelta al auto pero esta vez en los asientos traseros y lo miré, cerrando la puerta.

— Cierra los ojos —le dije, casi ordenándole. Él se limitó a obedecerme y yo comencé a ejercer fuerza para recostarlo suavemente sobre todo el ancho del asiento. Luego y con torturosa lentitud comencé a acercar mi rostro al suyo y finalmente mis labios terminaron sobre los suyos.

Fue una sensación extremadamente mágica. Sus labios eran finos y dulces a causa de todo lo que había comido anteriormente; y, si me permito pensarlo, eran incluso más deliciosos que los de Jiah. Mis manos comenzaron a bajar hasta su cintura, la cual estreché para levantarlo suavemente y acercarlo a mi cuerpo... Su calor, su aroma... todo él era tan desquiciante que hizo que mi corazón comenzara a latir nuevamente a mil por hora. Pero era distinto, no era vergonzoso, tampoco era emocionante.

Era cálido, era suave... Era Ryeowook.

Me atreví a introducir mi lengua en su boca, sin dejar de hacer el beso dulce y tierno, intentando no acelerar el ritmo. Pude notar como su lengua inexperta intentaba seguir el paso de la mía, pero me encantaba. Me desquiciaba tenerlo abajo mío, saber que podía hacer con él cualquier cosa, llegar hasta los límites más extremos de todo sin importarme nada.

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