Tu... Mi fuerte Alfa | Terminada✓ | En edición✓

Capítulo 26 °Hannah°

El silencio inundó la estancia. La cara de Austin cambió a una mueca confundida, sus ojos dorados pasaron de Ryan, a Zara y de Zara a mi, donde se detuvieron por un largo rato.

—¿Qué?—Su voz sonó ronca y alterada.

Su mirada volvió a posarse en Zara, esta vez con determinación. Zara bajo la mirada como si estuviera avergonzada, y yo solo me preguntaba por qué rayos Austin actuaba de ese modo.

—Maldita sea, Zara. ¿Eres estúpida?—Espetó con repulsión.

—Oye—Gruñó Ryan, molesto—, no le hables así.

—¡Maldición!—Austin pasó sus manos por su cara y su cabello desordenandolo.

—Austin, lo siento de verdad...—Murmuró Zara con la mirada en el suelo.

—¿Por qué te disculpas?—La miré confundida—, Zara no hiciste nada malo...

Austin empezó a pasear de un lado a otro, murmurando cosas que no comprendía, mientras Zara le rogaba que se calmara y la escuchara. Miré a Ryan quien estaba tan o quizás más confundido que yo.

Los ojos de Zara se llenaron de lágrimas, se acerco a Austin y intentó calmarlo, pero yo no podía moverme, solo podía mirar la escena. ¿Qué rayos pasaba aquí?

—¿Alguien me puede explicar que rayos está pasando?—Ryan me robó las palabras de la boca.

Ambos se detuvieron y nos miraron. Austin bufó y negó la cabeza, le espetó algo a Zara que no logré entender antes de patear con fuerza un jarrón que estaba en una de las esquinas del pasillo del edificio, provocando un ruido chilloso y un eco escalofriante.

—¿Tienes idea de lo peligroso que es?—Masculló Austin, con la mirada fija en el vacío—, ¡maldición, Zara! ¡¿Es que eres estúpida?!

—Austin—Está vez hable yo, mi voz sonó temblorosa—, cálmate por favor, me estás asustando.

Esas palabras no parecieron importarle, siguió moviéndose de un lado a otro, con Zara siguiéndolo intentando explicarle no-sé-qué.

Ryan y yo volvimos a mirarnos más confundidos que antes; 

<<¿Qué rayos pasa?>>, articule con la boca.

<<Yo que voy a saber>>, me respondió Ryan encogiéndose de hombros.

—¿Se pueden calmar y hablar como personas civilizadas?—Preguntó Ryan, alterado. Sin embargo, Austin y Zara lo ignoraron por completo—. ¿Hola, chicos?

—Austin, sé que me dijiste que era peligroso pero...

—¡Cállate, maldición!—Gritó Austin, interrumpiendo a Zara—. ¡¿Cómo puedes encontrar a tu pareja y hacer como si nada pasará?!, ¡Maldita sea, Zara, despierta!

—¡Deja de gritarle!—Gruñó Ryan, posesivamente. Está vez, Austin lo miró.

—¡Estoy intentando protegerla, estoy intentando proteger a todo el mundo, así que no te metas!—Espetó Austin, su mirada se poso de nuevo en mi cabizbaja amiga—. ¡Sabes que es peligroso...!

—¡Ok basta!—Lo interrumpí, me acerqué a Zara y rodeé sus hombros con mi brazo, apretándola contra mi en un gesto conciliador—, no sé que diablos está pasando, pero no tienes derecho a tratarla así, Austin. Pase lo que haya pasado, podemos hablar como personas normales, sin necesidad de gritarnos o...—Señalé el jarrón que yacía roto en el suelo—, llegar a estos extremos.

Austin no dijo nada, se limito a mirar a Zara y a encaminarse hacía la escaleras, pisando con brusquedad, haciendo un sonoro eco.