Toda mi vida pensé que los Hombres lobo y Vampiros eran una farsa de Hollywood solo para ganar más dinero. Toda mi vida soñé con encontrarme a uno de ellos e irme a un lugar lejano donde estuviéramos juntos toda la vida pero caí en la cuenta de que eso era muy cursi y claramente imposible.
Pero ahora mismo estoy viendo a un supuesto Hombre lobo, perdón, Cambiaformas, no sabía si estoy siendo victima de una broma bien armada o solo de un aficionado intentando conquistar a una chica, lo único sabía era que de verdad temía que fuera verdad, que ahora mismo estuviese oliendo el embriagador aroma de un Hombre lobo, de una Bestia.
Él me había dicho que nunca habían lastimado a nadie, que nunca lastimarían a una persona sin razón. Obviamente tenía que creerle, él se había transformado frente a mi pero mi mente no dejaba de buscar maneras de explicar lo que había visto, quizás solo había sido un juego de la iluminación y la imaginación pero no dejaba de creer que la verdad era uno.
—Luna mía, dime que estás pensando—La voz del chico frente a mi me sacó de mi ensimismamiento, lo mire y me obligué a sonreír.
—¿Podrías dejar de llamarme Luna?, me siento incómoda, solo llámame Hannah—Dije intentando no sonar irritada pero la verdad soné de lo más tímida.
El arrugo el entrecejo antes de decir de manera ruda y fría—: Eres mi Luna, no te llamaré de otra manera si no es necesario.
Sus palabras me hicieron reaccionar como si un balde de agua fría me hubiese caído encima la sorpresa me atravesó y arqueé las cejas al cielo, el solo sonrió con suficiencia y se levantó, me tendió una mano para ayudarme a poner en pie, la acepté confundida y empezó a guiarme hasta la universidad sin soltar mi mano en ningún momento.
El camino se hizo silencioso pero no incómodo, estuvimos caminando minutos pero a mi se me antojaron como horas, cuando vimos la ciudad y salimos del bosque el no tardo en envolver mi cintura con su enorme brazo mientras caminábamos no pude evitar voltear los ojos ante su gesto posesivo.
El caminaba a grandes zancadas y a mi me costaba mantener su paso-Un paso suyo son dos míos-El pareció notarlo, ya que disminuyo considerablemente su ritmo. Cuando llegamos a la universidad el en ningún momento pareció interesado en soltarme de su agarre y mi cuerpo no presentó ningún problema con ello.
Estar con Austin hacía que algo dentro de mi renaciera, no se como explicar concretamente que, solo se que esta vivo y recorre cada parte de mi cuerpo con libertad cada vez que el me mira, me habla o me toca, un simple toque de su mano despierta lo antes dicho en mi. No había notado que todas las miradas estaban puestas en nosotros, pero a Austin no parecía importarle en lo absoluto.
—¿Todo esta bien Hannah?—Pude escuchar la voz de Zara a lo lejos me detuve en seco al escucharla y me gire para poder detallarla mejor. Ella examinaba minuciosamente a Austin como si estuviera buscando algún defecto en el.
—Em si... No pasa nada—Dije sonriendo de manera tranquilizadora pero a ella no le llegó el gesto parecía alterada.
—¿Podemos hablar?—Me preguntó cuidadosa.
El gruñido de Austin a Zara no se hizo presente, me tensé en respuesta y giré mi cabeza para observar a Austin—: Ten cuidado con lo que le dices a tu Luna.
Lo mire sorprendida, pero lo que me sorprendió más fue la reacción de Zara, inclinó la cabeza en una reverencia que demostraba su respeto y admiración, me miro y con los ojos me suplicó que la acompañará, yo me liberé del agarre de Austin y caminé junto a ella lejos de las personas.
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Tu... Mi fuerte Alfa | Terminada✓ | En edición✓
Hombres LoboEl destino los ha unido, fingiendo inocencia. El dolor lo ha atrapado, fingiendo demencia. El presente los ha torturado, fingiendo consciencia. La realidad los ha separado, fingiendo clemencia. Dos seres que deben estar separados, luchan con todo...