Capítulo 4 °Austin°

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Me molestaba mucho la idea de que ella me estuviera escondiendo cosas. Ella es mía. Me pertenece. No debería mentirme.

No me agrada mucho la idea-La verdad no me agrada nada-De que Louis Wickman sea su amigo, él es el futuro Alpha de la manada rival, MI rival y no lo quiero cerca de MI luna. No se cuanto tiempo llevo caminando sin cesar pero ya he perdido la orientación y necesito parar para centrarme en el trabajo que me he impuesto.

Una voz femenina y áspera interrumpe mi concentración—: Amor, ¿Quién era ella?—Me giro solo para encontrarme con Sofie, una chica con la que había salido hace unos meses atrás. La chica todavía no superaba que solo la use para no sentirme solo.

—¿De quién me hablas?—Pregunté arrugando las cejas.

—De ella, la chica pelirroja—Espetó ella con molestia—. ¿Me estás engañando, Kendler?

—Te estaría engañando si para empezar salieramos—Aclaré, con el mismo tono que ella—. Y si tienes algún problema que esté con mi Luna entonces ¿Por qué no lo aclaramos?

Su boca se volvió una perfecta línea recta, y pude ver como apretaba los puños tanto que sus nudillos se ponían blancos.

—Te vas a arrepentir de hacerme esto, Kendler, ¡Tu me amas!—Chilló.

—Solo fuiste un objeto, Sofie, súperalo ¿Quieres?—Espeté con brusquedad.

Ella dio un saltito en su lugar al escuchar la manera en que le hable, abrió la boca para decir algo, pero luego lo pensó mejor y la cerró, se giro sobre sus talones y empezó a andar a no se donde, ni me interesa. Ahora solo quería encontrar de nuevo a mi Luna.

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Estuve caminando 3 horas solo para encontrar a mi Luna pero no aparece por ningún lado. Ella no puedo haber desaparecido así, mi corazón se estrujó al pensar que quizás esté con un chico, pero rápidamente quito ese pensamiento de mi cabeza, mi Luna no es así, lo sé.

Pasé por un restaurante, cuando de repente la vi. Con el uniforme de trabajo puesto encima y con una coleta alta, aunque su aspecto no era el mejor, para mi se veía tan hermosa y única. Entré al local y ella pareció notar mi presencia, vi como se tensaba pero no me dirigió una mirada.

Me senté en una mesa vacía, eché un ojo rápido por el lugar y vi como todas las chicas echaban miradas rápidas en mi dirección, es que, así soy yo. Tuve que esperar y rechazar a muchas meseras que venían a pedirme ordenes-Y números-.

La vi acercarse y no pude evitar sonreír como idiota, sus ojos estaban más brillantes que nunca y la examiné con la mirada de arriba a abajo, era hermosa y mía. Me levanté solo para acercarme y susurrarle al oído: 

¿Cuándo vas a terminar y ser mía?

Ella se sonrojo y me dio un golpe en el hombro, mi sonrisa se hizo más amplia, me indicó que me sentará y esperara a que terminara su jornada, obedecí sin más. Tuve que contenerme mucho al darme cuenta de cuantos chicos las miraban y reían, o incluso le pedían números con una idiota excusa.

Por suerte mi Luna es tan inteligente que evitó problemas. Después de 1 horas esperando por fin ella se me acerco y me sonrío—: Ya he terminado.

Su dulce voz fue música para mis oídos, sonreí y me levante, rodeé su cintura con mis brazos acercándola más a mi, dejandole bien en claro a los otros chicos, que ella era mía. Observé como volteaba los ojos y murmuraba algo que no logre escuchar.

—¿Que dijiste, Luna mía?—Pregunté en un tono de voz tan suave y tierno.

Ella me miró bruscamente y me dedico una sonrisa demasiado forzada, negó con la cabeza.

Tu... Mi fuerte Alfa | Terminada✓ | En edición✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora