Capítulo 20 °Austin°°Hannah°

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**Austin**


Hannah estaba en una cama, acostada. Podía ver sus ojos hinchados de tanto llorar y su almohada húmeda por las lágrimas, estaba sollozando aunque dormía con profundidad.

Se me partió el corazón al verla así. Odiaba a Louis Wickman por hacerle esto a mi Luna, lo odiaba por hacerle esto a mi Hannah ¿cómo podía el muy desgraciado seguir vivo?

Quería acercarme a ella, quería acariciarla, quería hacerle saber que estaba bien, que estaba a salvo, que ya no estaba sola y que iba a protegerla y a traerla de vuelta pero me contuve al examinarla mejor; Su mejilla izquierda estaba roja e hinchada, no había que ser un genio para saber que el muy imbécil la había golpeado y no solo una sino múltiples veces.

Tuve que tomar mucha de mi fuerza de voluntad para no perder los estribos hay mismo, tome muchas inspiraciones profundas y me concentré en asegurarme que no tenía ninguna otra herida. Aparté las sábanas con suma delicadeza para intentar no despertarla.

Mi corazón dio un vuelco furioso y algo floreció dentro de mi pecho al ver que su vientre, lleve mi mano con cuidado a esa zona y la toque. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y entonces recordé la noche que nos enteramos que seríamos padres y sus mismas palabras.

Me aparté con brusquedad al sentir que ella se movía, se removió con velocidad quedando frente a mi, y de repente, me topé con los ojos azules con reflejos ambar que tanto había aprendido a amar, esos que ahora me miraban con sorpresa y unas lágrimas de felicidad.

—¿A-Austin?—Balbuceó.

Antes de que pudiera responder, se abalanzó sobre mi en un abrazo fuerte y se lo devolví apretándola todo lo que podía contra mi, no iba a pelear con Louis. No iba a pelear por algo que ya me pertenecía. Iba a llevármela aquí y ahora iba a cuidarla a ella y mi hijo y no iba a arriesgarme a dejarla sola un minuto más con ese desgraciado.

Me tomé mi tiempo para adsorber si aroma, ese que había extrañado tanto, ese olor a rosas y frambuesa era lo que más amaba de ella.

No me había dado cuenta que estaba llorando en mi hombro y que toda mi camisa estaba húmeda, quería no detenerla, quería que se desahogara por completo, pero no podía permitirme que Louis viniera y me encontrará aquí, los Alfas tenemos un código: La Luna de otro no se toca sin su consentimiento, pero no voy a seguir es código ahora; Hannah me pertenece de todos modos.

Me aparté de ella y aparte un mechón de pelo lejos de su rostro, depositando un delicado beso en su frente.

—T-Te extrañe—Murmuró con la voz quebrada por las lágrimas.

—Yo también, Hannah. No tienes ni idea—Negué con la cabeza para apartar los pensamientos tortuosos de lo que pudo haber pasado ella mientras estaba aquí—. Ahora mismo debemos irnos, no quiero que Louis venga y nos encuentre aquí.

Quizás estoy actuando como un completo cobarde, pero no dejaré a Hannah ni un solo segundo más con el no después de lo que seguro ya pudo haber pasado, si a Louis de verdad le interesa su Luna que venga a mi manada y que terminemos con esto. Si Hannah no le importa buscará otra y no nos molestará más.

Tomé a Hannah de la mano y la guíe a la ventana me asomé con discreción para asegurarme de que Louis no estaba cerca y miré a Hannah, haciéndole una señal con la cabeza para que fuera primero.

Ella obedeció silenciosamente aferrándose a mi camisa, cuando estuvo de pie en la rama de un árbol, tuve que arreglármelas para subirme con la atención puesta en Hannah y en la aldea, para asegurarme de que ella estaba bien, que esto era real y para calmar mis nervios de ser descubiertos.

Tu... Mi fuerte Alfa | Terminada✓ | En edición✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora