Sinopsis
Amanda Farber empieza una nueva etapa de su vida... La universidad, su único objetivo era estudiar sin involucrarse sentimentalmente con las personas que la rodean; ya que en el pasado había aprendido a no confiar, a no entregar su corazón...
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La verdad es que no recuerdo exactamente cuándo lo ví por primera vez, lo único que recuerdo es que tenía una prueba de lenguaje y estaba sentada con mis amigas Angélica, Johana y Elisa; que la conocimos a inicios del primer semestre. Recuerdo que le dije:
-Elisa... ¿Ves a ese chico de la chompa gris?
-No, ¿Cuál? hay muchos chicos allá afuera (mientras sacaba su cabeza por la puerta de una manera muy obvia).
- ¡Oh por Dios! se voltearon sus amigos y el también, más obvia no podías ser Elisa...
- Ay lo siento tanto, que vergüenza...
La segunda vez que lo ví fue en el patio de la universidad, no lo veía muy seguido; es más me costaba reconocerlo, pero ahí estaba el con sus amigos, los mismos que nos vieron cuando Elisa obviamente lo buscaba con su mirada. En el instante que lo noté él estaba de espalda y sus amigos estaban frente a mí, cuando uno de ellos le hace una seña con su cabeza para que mire hacia atrás, el "sutilmente" voltea a ver, yo pensé que estaba mirando a Angélica, después de todo ella es la más bonita del grupo, así que no le preste mucha atención y seguí conversando con Angélica y Johana.
La tercera vez que lo ví fue el inicio de esta historia. Estaba en clase y Angélica no paraba de hablar de Dante su nuevo pretendiente, ella estaba muy feliz porque iban a ir al cine, yo también estaba feliz por ella, pero algo incómoda de escucharla hablar todo el tiempo de él, me sentía rara es decir yo no tenía ningún pretendiente, nadie se había fijado en mí o eso es lo que yo creía, solo quería tener a alguien que esté pendiente de mí y que sienta algo especial cada vez que me vea pasar.
Acabó la clase, pero no los delirios de Angélica por Dante, seguíamos conversando de aquello, mientras caminábamos por el pasillo; yo tenía cara de zombi, primero porque tenía sueño y hambre, segundo porque me sentía incómoda de escuchar hablar de Dante y tercero porque yo también quería un pretendiente.... Ya sé suena tan infantil de mi parte, pero no podemos negar que se siente muy bien ser especial para alguien.
De repente él estaba ahí con sus amigos, honestamente soy muy despistada no me había fijado que él había volteado para verme cuando lo noté el bruscamente cambio su mirada hacia otro lado, vaya vaya.... ¡Qué sospechoso...! Por dentro me sentía confundida, fue esa éxtasis de la estupidez, tal cual como una ilusión de colegio, un lapsus de desconexión con el mundo, mi cara de zombi se convirtió en una sonrisa, pero ese momento de felicidad duró muy poco al ser interrumpido por un compañero de clases mientras bajábamos las escaleras, él estaba golpeando mi mochila sin razón, fue tan grande la desconexión con el mundo que no había sentido que mi compañero golpeaba mi mochila, lo único que le dije fue: ¡NO ARRUINES MI MOMENTO DE FELICIDAD!
El resto del día no tiene mucha importancia, solo en la salida, el estaba con su grupo de amigos y yo fingí ignorarlo, eso es todo por ahora.
