INTRODUCCIÓN

2.6K 77 0
                                    


       Quizá hoy no sea el mejor día como para empezar a escribir, pero me tentaba el simple hecho de escribir algo nuevo fuera de la monotonía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

       Quizá hoy no sea el mejor día como para empezar a escribir, pero me tentaba el simple hecho de escribir algo nuevo fuera de la monotonía. Primero voy a resumir mi presente, me llamo Amanda Farber tengo 18 años; y no mi vida no es como la había imaginado a los 11 años, no estoy estudiando en Europa, no tengo a la tan esperada mejor amiga que he soñado toda mi vida y mucho menos he encontrado al rubio de ojos verdes con voz encantadora.

      La realidad es que sigo en el mismo país donde nací y estoy estudiando en una universidad muy prestigiosa, sí un bonito palacio de conocimientos; soy feliz, a veces demasiado feliz, pero claro no se compara a lo que había imaginado a los 11 años. Antes de ingresar al primer año es decir en el pre universitario conocí a Angélica Méndez y a Johana Arco nos llevamos muy bien a pesar del poco tiempo que duró el pre, llegué a apreciarlas mucho y pasamos momentos muy divertidos, sin embargo no perdía aún mi objetivo: No involucrarme sentimentalmente con las personas que me rodean.

     Con respecto a mi vida amorosa, honestamente aprendí a esperar, claro no del todo... Pero tampoco es que obligo al destino que me dé YA al chico ideal, porque me siento muy bien así, ustedes saben sin complicarse la vida. Pero no puedo negar que estos últimos meses tuve muchos delirios con una belleza inteligible, una belleza con sentido del humor, inteligencia, paciencia, sabiduría y sutileza, esa belleza, esa ilusión desde un punto de vista más maduro, con los cinco sentidos puestos, esa atracción del gusto verdadero, del ser como persona, que el ser de solo sonrisa, ojos y cabello bonito, ese gusto honesto de aceptarlo tal y como es se llama Mathias, pero el; sin duda alguna tiene sus metas bien definidas y una de sus metas no era enamorarse, así que tuve que dar por terminado los delirios de aquella belleza inteligible, sin guardar rencores, solo puro respeto y admiración por ser quien es.

Sin embargo no podría reafirmar que ya quedó en el olvido, porque algo dentro de mí me dice que no deje ir ese sentimiento tan diferente al de los demás.


Perfectos DesconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora