Capítulo 48

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ADVERTENCIA: Smut. 


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— Hey, haz estado distraído. ¿Te sucede algo? —preguntó mirando directo a los hinchados ojos verdes del chico.

— Umm... —no sabía si contarle que tiene novio, que le formó una absurda pelea... Ellos habían quedado en hacer su relación secreta, por el bien de ambos.

— ¿Harry?

— Uh, si. Pues, me peleé con alguien a quien quiero mucho.

— ¿Tienes novio, o novia?

— Estoy bien —dijo pasando por alto la pregunta.

Nick hizo una mueca confuso. — ¿Y se puede saber porqué la pelea?

— No lo sé, delirios, quizás.

— Oh —respondió el otro sin tener la más mínima idea de qué hablaba el ojiverde. — Estás muy lindo, Harry.

— Gracias —sus mejillas ya ruborizadas.

— Eres tierno, digamos que demasiado, al borde de darme diabetes.

Harry sonrió mirando el trago que agarraba con su gigantesca mano.

— Contéstame algo. ¿Te gustan los hombres o las mujeres?

Harry carraspeó su garganta. — No lo sé.

— ¿Eres bisexual?

— Me han gustado ambos —se limitó a responder. A esas alturas no sabía como determinar su orientación sexual. Había estado con mujeres, pero con Louis se sentía más vivo que nunca.

— ¿Haz besado un chico? —preguntó el otro acercándose peligrosamente.

— Si.

— ¿Te ha gustado?

— Si —murmuró viendo como el chico rompía con su zona de confort. Dio un largo sorbo a la bebida. Apretó sus ojos al sentir el alcohol bajar por su garganta.

— ¿Quieres bailar? —preguntó el otro casi en un grito.

— Oh Dios —dijo Harry entre risas al ver como el chico agarró su mano y lo arrastró hasta la pista. Antes, agarró un trago de una camarera que paseaba por su lado.

Bailaron al descontrolado ritmo de la música. Pound The Alarm de Nicki Minaj para ser exactos. 

Harry empezaba a sentirse mareado así que fue a una de las mesas y se sentó, Nick lo siguió.

— ¿Nos vamos?

— Si, son, es, uh, tarde y debo dormir. La uni, recuerda, clase, madrugo.

— Mañana es sábado Harry.

— Oh —dijo soltando una gran carcajada. 

— Vamos, primor.

Nick dejó a Harry frente a su casa. El rizado tambaleaba en su propio peso. 

— Que bonito está eso.

Una chillona voz lo sonó a sus espaldas.

— Bonitas horas, Harold.

Louis.

— Lou —lo llamó al verlo recostado en su guagua estacionado cerca de su hogar, sus brazos cruzados y una pierna doblada a la puerta, totalmente seductor, vestía de negro y unas gafas reposaban en su arreglado cabello. Harry sintió sus piernas flaquear de tan atractivo que se veía. 

Torture (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora