[PAUSADA] Roommate (Yoongi)

Capítulo 18

-¡Dios! Esto está delicioso.

Se podía notar en el rostro de Yeongji, por las expresiones exageradas y graciosas que hacía, que de verdad estaba disfrutando de la comida que Jin había preparado.

-Fue un placer cocinar para usted, señorita -hizo una leve reverencia y Yeongji rió.

-Siéntate, vamos a comer juntos.

SeokJin asintió e hizo lo que le pidió. Se sirvió en su plato, mientras una pregunta retumbaba en su mente y quería salir por su boca a modo de palabras, pero tenía miedo de que fuera inapropiada. En fin, no aguantó más y la soltó.

-Oye... ¿y dónde está tu hermana?

La mirada de la chica cambió al oir eso. No quería recordarlo, pero no podía ser así con SeokJin. Él era el que estaba a su lado en esos momentos, después de todo.    

-Ella... uhm... salió con Yoongi.

-¿Co-como en una cita? ¡¿Min Yoongi?! ¿Estamos hablando del mismo Yoongi?

Yeongji rió, negando con la cabeza a la primera cuestión. Bebió tranquila del jugo de manzana, y luego miró a su amigo.

-No, no, le pregunté a Wonhee y me dijo que era sólo una salida... aunque actuó extraño, y como sabía que algo me ocultaba, le pregunté si la cosa era que le gustaba Yoongi.

-¿Y?

-Y me lo negó miles de veces.

Jin encogió de hombros, masticando lo que tenía en la boca.

-Pues mejor, entonces no tienes nada de qué preocuparte.

-No lo sé... -suspiró-. Digo, después de todo ellos ahora están juntos, afuera, y solos.

El mayor de los dos tomó la jarra con jugo con la intención de servirse, pero la chica extendió su vaso ya vacío para que le sirviera a ella. Rodó los ojos, y mientras vertía el jugo en ambos vasos, lo confesó.

-¿Sabes? Yo entiendo por lo que estás pasando. He vivido una situación parecida.

-¿De verdad? -Kwon parpadeó varias veces, antes de darle un sorbo a la bebida-. ¡Quiero saber!

-Pero...

-¡Por favor!

Bufó y rió por lo bajo, rindiéndose.

-Está bien, está bien. Pero si te aburres luego no digas que no te lo advertí.

-Lo que digas, ahora cuéntame.

SeokJin asintió, preparándose mentalmente para recordar esos felices pero dolorosos momentos de su vida.

-Pues... una vez conocí a una chica que me cambió todo. Puso mi mundo de cabeza, realmente. O eso pensaba yo, así de tonto era como me sentía cuando estaba con ella.

Miró de reojo a su amiga, y esta estaba ya completamente enternecida y al parecer muy interesada en su historia.

-Teníamos una relación extraña... porque ambos sabíamos que nos gustábamos mutuamente, aunque nunca nos lo hubiéramos dicho.

Volvió a mirarla, y confirmó que seguía prestando atención. Parecía entenderlo, debía ser por tantas narraciones románticas que seguramente había leído.

-Pero un día conoció a uno de mis amigos más cercanos en ese entonces, y él fue más rápido. No dejó las cosas inconclusas y sin un título, le preguntó si quería ser su novia.

-Oh...

-Ese día le grité, rompí dos botellas de vidrio, lo golpeé, me golpeó, y le dije cosas de verdad horribles. Cosas que no se les dice a un amigo, Yeongji.

Silencio. La chica no sabía qué decir, y él inhalaba y exhalaba, tomando valor para continuar.

-Estaba ebrio. Por eso hice lo que hice. Y me volví a emborrachar cuando tras seis meses de no verla, me envió un mensaje. Me estaba coqueteando, evidentemente, me dijo que había terminado con él y que quería volver conmigo. Le seguí el juego, porque estaba malditamente borracho y no sé lo que hago cuando estoy así.

Yeongji posó su mano sobre la de él, y la acarició suavemente, intentando calmarlo, intentando transmitirle tranquilidad.

-Dos días después, ellos volvieron. Me emborraché, otra vez. Comencé a publicar cosas sobre que ella era una zorra y otras cosas más. De todas formas, no tardé mucho en superarlo todo, incluso tuve una relación después de eso, pero fue una corta. Lo demás, ya sabes, mis coqueteos de siempre.

Una risa ligera salió de los labios de Yeongji, contagiándolo un poco. Después, suspiró y miró hacia el frente, listo para hablar con pura honestidad.

-Pero... ¿sabes? lo que más me dolió, no fue que ella aceptara o que se fuera de mi lado, sino que perdí a mi amigo.

Yeongji lo sabía. Era esa una de las razones por la que si Yoongi y su hermana llegaran a estar en una relación, no se opondría ni le reprocharía nada. Mucho menos le contaría sobre sus sentimientos. Si era algo que a su pequeña compañera de vida la hacía feliz, ella sería feliz también, aunque al principio tuviera que soportar el dolor.

-Jin...

-¿Si?

-¡Puedo hacer un fan fiction sobre esto!

La menor se levantó, dispuesta a correr a su habitación y anotar todas las ideas que se habían disparado en su cabeza mientras él relataba lo sucedido.

-¡Ni se te ocurra!

Él la siguió, y antes de que pusiera un pie en el primer escalón, la tomó de la cintura, impidiéndole avanzar.

-¡Déjame!

Pataleó e hizo un berrinche, pero él no la soltaba. Hasta le hizo cosquillas en el cuello, causándole carcajadas que no podía controlar.

Y entonces Yoongi entró.

Levantó su mirada del piso, y retiró la mano con la que rascaba su mejilla izquierda de su rostro, mirando con cuidado los platos sobre la mesa.

Y los vio a ellos.

Kim SeokJin agarrando a Kwon Yeongji de la cintura, y esta última riendo a más no poder. Como dos tórtolos auténticos.

Carraspeó, en un intento de detener esa escena tan desagradable ante sus ojos. Funcionó, porque en cuanto lo notaron se separaron de inmediato.

-¿Y Wonhee?

La pregunta de su amigo lo sacó de quicio. Hace dos segundos estaba tratando a Yeongji como si fuera su novia, y ahora actuaba indiferente. Sin embargo, se las arregló para contestarle sin sonar molesto.

-Afuera, esperándome. Olvidé algo que quiero mostrarle.

Pasó de largo hacia su cuarto, sin siquiera mirar a Yeongji. Estiró su mano dentro de uno de sus cajones y cogió lo que había ido a buscar.

Cuando salió, los dos aún estaban en exactamente el mismo lugar. Se miraban divertidos, y justo cuando los miró la joven empujó al más alto juguetonamente.

-Yeongji, no hacía falta que me mintieras-lanzó, frío e indiferente-. Y Jin, ¿por qué no me lo dijiste? ¿No somos como hermanos?

-¿De qué hablas?

-Felicidades por su relación.

Y cerró la puerta.

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Sólo les pido una cosa:

No se ilusionen mucho.