Capítulo 25

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Advertencia: Capítulo final.

No sabía qué le había dolido más. La primera vez que la rechazó, o que después de haberse confesado como ella tanto había anhelado, le dijera que no podían estar juntos.

No lo odiaba, incluso lo seguía queriendo. Para nada le enfadaba el que tuviera de prioridad sus sueños, porque así era como tenía que ser. Quizás no lucharía por ella y no intentarían nada porque creía que sería una distracción, pero no lo detestaba.

Muchos no podrán comprender por qué le declaró sus sentimientos si después la iba a herir de tal manera, pero ella estaba agradecida por eso. Al menos, le dio paso a sus ilusiones, esta vez fundamentadas, y la hizo feliz durante un corto período de tiempo. Por lo menos, pudo sentir el placer de ser correspondida; y no por cualquiera, sino por Min Yoongi.

Aún así, lo evitaba a toda costa. Pasaba el mínimo de tiempo posible en el departamento, sólo iba por razones vitales. Ni siquiera dormía ahí. No quería cruzárselo. Claro que lo entendía, no lo odiaba; al contrario, y ese era el problema, ella todavía tenía sentimientos hacia él.

Se quedaba en casa de alguno de sus amigos, incluso en la de Jin. Aunque, si tenía que elegir una, pasaría su vida en la de Namjoon. Su primo de ocho años se había ido de su casa hacía un tiempo y por lo tanto era el lugar más tranquilo de todos. Su familia era así. Calmada, determinada, concentrada. Aunque bueno, el hijo era un rapero.

La razón por la que más le gustaba era porque inexplicablemente se sentía como en casa, se sentía cómoda. Podía andar en su ropa para dormir, con pantalones de gimnasia y camisetas infantiles. Ya no se sentía presionada por tener que lucir bien y captar la atención de cierta persona. Además, tenía un cuarto para ella sola en el que se relajaba y se encerraba para poder escribir. Tenía planes, muchas ideas, estaba llena de inspiración.

Muchos esperarían que estuviera decaída, deprimida, oculta debajo de los acolchados o mirando películas románticas mientras comía helado; pero no, Yeongji sentía que actuaba como una persona madura. Bueno, por lo menos un poco, porque en realidad ella simplemente estaba evitando su problema para no largarse a llorar como una adolescente con el corazón roto.

-¡Está listo!

Namjoon la miró con una sonrisa, mientras ella hacía lo mismo, pero miraba las impresiones en su mano. Era un brillante discurso en el que había estado trabajando durante días dedicado a los aspirantes a ser miembros de la Universidad, específicamente en el ala de Escritura Moderna.

-¡Así se hace! 

Esa fue la mejor respuesta que Yeongji pudo obtener tras haberle leído su última obra a su amigo. Ambos sonrieron nuevamente, de hecho nunca habían dejado de hacerlo, y él la rodeó en un gratificante abrazo.

-Bueno, ahora, ¿estás lista para salir?

Últimamente había estado aceptando cualquier invitación de sus amigos, a lo que fuera, con la mera intención de despejarse. Las únicas veces que faltaba era cuando le decían de ir a alguna presentación, pero le advertían que Yoongi iba a estar ahí.

-Claro, sólo, tengo que... -miró a su alrededor, y entonces golpeó su cabeza con su muñeca izquierda, regañándose por algo-. Diablos, no puede ser.

-¿Qué pasó? -preguntó Namjoon preocupado por su cambio de ánimo repentino.

-Olvidé el pen drive en el departamento y tengo que guardar las copias. Demonios.

El más alto le dedicó una mirada de lástima. Se sentía mal porque sabía lo difícil que era para Yeongji tener que afrontarlo, pero en esta ocasión era aún peor, porque sabía muy bien que ese día ella tenía planeado no pensar en él para nada.

[PAUSADA] Roommate (Yoongi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora