Capítulo 24

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«Estoy yendo.»

«Llevo a Yoongi conmigo.»

Dos mensajes de texto, seis palabras, y una Kwon Yeongji aterrada.

Desde lo sucedido, las cosas no habían cambiado mucho. No la había vuelto a besar, no había puesto ni un dedo sobre ella y apenas habían hablado. Él seguía con su rutina, encerrándose en su cuarto y regresando a altas horas de la noche. Lo único diferente era su manera de tratarla: le sonreía más, y no la despreciaba.

Había pensado varias veces en dar el primer paso, pero no quería hacerlo sentir presionado. Si él no tocaba el tema, debía haber una razón.

Sumado a esto, Yeongji no podía darse el lujo de pensar en Min Yoongi las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Tenía que ocuparse de sus estudios, debía mantener un registro académico aceptable y continuar con su vida social.

Por esta última razón, cuando no estaba estudiando o haciendo resúmenes ya sea en su habitación o en la universidad, salía con sus amigos a cenar o al cine.

En cuanto a SeokJin, primero se había enojado porque él había sido el que le delató sus sentimientos a Yoongi, pero sabía que no duraría mucho. Primero, por el gran afecto que le tenía, segundo, porque gracias a que hizo eso su compañero de departamento se confesó.

Lo importante era que, a pesar de que no estaba la situación aclarada con el muchacho, ni sabía qué tipo de relación tenían, Yeongji estaba bien. Se divertía, y no se privaba de hacer lo que le gustaba. Además, había empezado a escribir en una sección del periódico de la universidad bajo una identidad secreta, y eso le agradaba bastante.

El problema era que en esos momentos, el chico por el que tenía sentimientos y un amigo que tenían en común aparecerían en su lugar de trabajo, y ella debía atenderlos y seguir con sus responsabilidades.

Sumado a eso, unos amigos de Hoseok habían ido a visitar también, y estaban hablando con ella muy entretenidos cuando aparecieron por la puerta.

Sus ojos se desviaron disimuladamente para comprobar si se trataba de ellos, y eso lo logró cuando su mirada se cruzó con la de él.

Aclaró su garganta y se ocupó rápidamente en observar cualquier otra cosa, mientras se recuperaba del impacto que había recibido su corazón.

-Este, ehm... Hoseok...

Estaba a punto de pedirle el favor de ir a atenderlos, pero su móvil sonó indicando un nuevo mensaje, interrumpiéndola.

«Ni te atrevas a escaparte. Ya te vimos.»

Maldito Kim SeokJin y sus mensajes del demonio. Forzó una sonrisa hacia su compañero de trabajo. Este notó lo falsa que era su mueca, por supuesto, y frunció el ceño.

-¿Pasa algo?

-N-no, no te preocupes -negó con la cabeza-. Y-yo... iré con los que han llegado recién.

Hoseok miró por detrás de ella, y asintió, aún sin comprender del todo, pero no la dejó irse sin antes darle unas reconfortantes palmadas en la espalda, y una sonrisa tranquilizadora.

-¡Te extrañaré, preciosa!

Justo esa frase no era conveniente. Después se oyeron risas en la mesa escandalosa de los amigos de su compañero.

Ella sonrió, no le molestó ese comentario, al contrario, le pareció gracioso e idiota. Sí, muy idiota.

En cuanto llegó a la mesa donde se habían acomodado Yoongi y Jin, ambos estaban hablando, ella no iba a entrometerse en su conversación privada —algo irónico ya que había espiado una anteriormente—, pero debía tomarles la orden.

[PAUSADA] Roommate (Yoongi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora