V

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– ¡Mamá! Ahora vengo.
Cojo las llaves y el cuaderno. Abro la ubicación que me ha mandado y marcho hacia su casa.
Vale, ya estoy en su calle.
-  Estoy en tu calle. Número 1 o 3?
-  3. Ya salgo
Estoy nerviosa. El corazón me va a mil. ¿Qué me pasa? Es sólo tu profesor. Le conoces de dos días. Espabila, ilusa.
– Hola Sofía, muchas gracias por traérmelo. Sin esto no soy persona.
– No te preocupes, tenía que salir a sacar a Thor. Bonita casa, por cierto.
– Gracias. Era de mis padres pero se mudaron al centro a un piso y yo me quedé aquí. ¿Quieres pasar?
– Oh, no es necesario. Tengo que dar una vuelta. Otro día si no te importa, ¿vale?
– Claro, sin problema. Te veo el miércoles.
Á bientôt! – Sonreí. Eso significaba hasta pronto. Lo había aprendido hoy.
Me guiñó el ojo y cerró la puerta.
Yo seguí mi camino. Cuando llegué a casa tenía la cena encima de la mesa. Ya habían cenado mi madre y mi hermana. Nunca me esperaban.
Terminé con desgana de comer y me fui a la ducha. Puse The Weeknd, y me sumergí en mis pensamientos.
En esta ocasión no pensé en él. Me limité a reflexionar sobre mis estudios y mi futuro. Aún no tenía claro a que grado quería entrar, y la idea de que me había equivocado metiéndose en ciencias sociales no paraba de rondar por mi cabeza. No es que no se me dieran bien, al contrario, era de los mejores expedientes, pero estudiar una ingeniería era algo que siempre me había llamado la atención.
Además, en unos meses haría 18 años, la esperada mayoría de edad y mi adolescencia no estaba siendo como la pintaban en las películas.
Había estado con chicos pero todos me habían partido el corazón, o yo a ellos. Nunca tuve esa mejor amiga que es como una hermana, ni había viajado a otro país.
Supongo que todo cambiaría en cuanto acabase esta etapa, ¿no? Porque era eso, una etapa más de mi vida. Dejaría a personas atrás y conocería nuevas. Igual conoceré al amor de mi vida, o entraré en la carrera que me llevaría al éxito. O igual no, a lo mejor sería una mujer de negocios dedicada por y para el trabajo. Sola. Quién sabe.
Cerré el grifo y me enrollé en la toalla.
Sequé con cuidado mi cabello y me puse el pijama.
Cogí el libro que me estaba leyendo y me sumergí entre las sábanas en otro mundo.
Cuando me di cuenta era la 1am. Cerré el libro y miré el móvil con la esperanza de tener algún mensaje. Nada. Apagué el móvil y cerré los ojos. Mañana sería un nuevo día.

Mi profesor de francés.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora