XI

1.6K 76 3
                                        

Son las 8 de la tarde del jueves. Me estoy vistiendo. Tacones, mis pantalones favoritos junto con mi top, pelo alisado, maquillaje sencillo y mi colonia de fiesta. Cojo dinero suficiente y me lo meto en el sujetador. Ahí nadie me lo quitará.
He quedado con las chicas en media hora. Hasta las 12 no abren la discoteca pero antes vamos a ir a cenar.
Nunca he sido de tener el autoestima muy alta, pero joder, hoy estoy guapísima.
*Yo: Mamá, hoy duermo en casa de Ly, tenemos que hacer un trabajo. Te quiero
*AaMami: Vale hija. Pasalo bien. Te quiero
Mi madre es la mejor. Me sabe mal mentirle pero no me dejaría irme de fiesta entre semana, así que por una vez que no diga la verdad no pasa nada.
Voy a la parada del bus. Llega en cinco minutos. Compruebo que no se me olvida nada. Perfecto.
Me subo al autobús y me siento. Está prácticamente vacío. He decidido coger otro porque éste es el que toma David y no quiero que me vea.
Cuando llego ya está Ana esperándome. Que tipazo tiene.
– ¡¡¡¡Ana!!!! Pero qué guapísima estás, hoy ligas seguro.
– Te quejarás, estás ideal. Ly y Nina vienen ya de camino. ¿Dónde vamos a cenar?
– Había pensado ir a tomar algo a un bar.
– Perfecto. A las 12 abren la discoteca.
– ¡Qué ganas! Mira, allí llegan.
Cuando estamos todas juntas nos dirigimos a un bar donde ponen de comer muy rico y barato. Somos estudiantes. No tenemos mucho dinero.
Entre cervecita y tapa nos dan las 12 de la noche. Hora de la fiesta.
Nos dirigimos a la puerta. Hay un tío de dos metros enorme de grande vigilando que no entren menores.
Decididas vamos y no nos paran. Genial, porque es para mayores de dieciocho años y no los tenemos.
Cuando estamos dentro nos dirigimos directamente a la barra. Empieza la noche.
Bailamos, bebemos y reímos. Necesitaba una noche así.
La noche sigue y cada vez noto más los efectos del alcohol. Puta ginebra.
Ana está hablando con un chico bastante guapo, Ly está con una chica que parece bastante su prototipo y Nina y yo no paramos de beber.
– Nina necesito ir al baño, creo que voy a vomitar.
– Corrrrrrrreeeeeee, yo te espero aquí.
Nina siempre ha tenido más aguante que yo, y hoy intentando ir a la par voy a acabar vomitando. Qué asco.
Salgo de la discoteca y me aproximo a un callejón, no quiero que nadie me vea y necesito aire fresco. Dentro de lo que cabe sigo siendo consciente de lo que hago, ¿no?
Noto como alguien coloca su mano en mi frente y yo vomito. ¿Será Nina?
– Sofía pero qué has hecho.
Era una voz masculina.
– ¿Quién eres?
– ¿No me reconoces? Anda que estás tu bien. Soy David.
– ¿Y qué haces aquí?
– ¿Yo? Querrás decir qué haces tú aquí. Vamos. Te llevaré a casa.
– Noooooo, mis amigas están dentro. No me puedes llevar a ninguna parte. Quiero bailarrrrrr.
– Se acabó la fiesta por hoy. Si no puedes ni mantenerte en pie. Vamos.
– ¡No! Yo a bailar. Déjame.
En ese momento noto como me carga en el hombro.
– Deja de patalear. Joder Sofía, estás muy borracha. Te llevaré a mi casa.
– ¿A tu casa? A tu novia no le va a gustarrrr.
– Deja de gritar. Mi novia está fuera de la ciudad. Vamos.
Me lleva a su coche y me pone el cinturón.
*Yo: xicaasssss un xico muy guapo me ha secuenstrado ajajajajajajaj es mi profeeeeeeeee. Me llva a su casa, mñn os cuennnto to. Osqujerooooo pasarlo geniaaaaaaal.
Está bastante bien escrito para lo mal que voy.
– Sofía, ¿cómo has entrado?
– El tío de dos metros nos ha dejado pasar sin pedirnos nada. Además, parezco más mayor así vestida, ¿no crees?
– Sí, la verdad es que sí. ¿Por qué no aprendes a beber? No tienes que llegar a este extremo.
– Vale papiii, lo sientooo. – lo digo con todo burlón.
– Anda, cállate que estás más guapa.
– ¿Estoy guapa?
– Sí, mucho. Ahora no hagas ruido. No quiero que despiertes a todos los vecinos.

Mi profesor de francés.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora