– Así que tu profesor está bueno.
– Más que eso. Tiene unos ojos, y una sonrisa, y un culo...
– Sofi no te vayas a enamorar, ¡eh! Que te saca 10 años.
– ¿Quién ha hablado de enamorarse? Sólo os lo estoy describiendo para que tengáis envidia de mi. Además, con el físico que tiene seguro que es un chulo cabronazo rompecorazones.
– Sí... Pero tú bien que le halagas.
– La próxima vez no os cuento nada. Bordes.
– Es broma rubia, que sabes que te queremos aunque te enamores de viejos.
Sonó la campana que daba por finalizado el descanso y subimos a clase.
Aún quedaban tres interminables horas. Literatura, matemáticas y economía. Socorro.
Suena el último timbre de la mañana y por fin puedo ir a casa. Me despido de mis amigas y cojo el autobús.
Cuando subo me encuentro de frente a mi profesor de francés. Si, el que va a darme clase esta misma tarde. ¿Qué hago? ¿Le saludo? No, sólo le he visto una vez.
Cojo el móvil y finjo estar hablando con alguien por WhatsApp cuando, de repente, David me manda un mensaje.
-¿No saludas? Me has visto y te has hecho la loca mirando al móvil.
Me sonrojo. Lo que yo pensaba, era un chulo. Levanto la cabeza y veo que viene hacia mi.
– Hola Sofía. No muerdo, ¡eh!
– Hola David. No estaba segura de si eras tú u otra persona. Perdona. -Mentira.-
– No te preocupes. ¿Siempre coges este bus?
– Normalmente sí.
– ¿Vienes de clase? No sabía que estudiabas tan lejos de casa.
– Sí, es que no me gustan los colegios de la zona y decidí venirme al centro. ¿Y tú?
– Estudio el máster en la facultad de aquí.
– Ah, no lo sabía. ¿Y coges siempre este? Nunca te había visto.
– Normalmente vengo en coche. Si quieres puedo recogerte cuando coincidamos en horarios y te llevo a casa. No voy a secuestrarte – me guiña el ojo.
– ¡No te preocupes! Así estiro las piernas.
– Bueno, si alguna vez lo necesitas me dices. Me bajo en esta. Te veo esta tarde a las ocho como acordamos. ¡Hasta luego!
– ¡Hasta luego!
¿Qué acaba de pasar? Me ha guiñado el ojo y se ha ofrecido a llevarme a casa. No puede ligar con sus alumnas, ¿no? Aunque igual no estaba ligando, sólo siendo amable.
Bah, no voy a comerme la cabeza pensando en él. Después en clase le veré y a ver como es realmente.
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Mi profesor de francés.
Roman d'amourSofía necesitaba ayuda en francés pero no pudo imaginar que su profesor iba a ser un universitario atractivo que cambiaría totalmente su vida.