19.45, otro día más. Nuevamente me he maquillado un poco y echado mi perfume favorito. He dejado todo preparado para la clase y estoy pendiente al WhatsApp. En poco me avisará.
* Estoy x tu calle. Prepara todo
* Ya esta todo listo, avisa
* Abre
* Voy
Abro la puerta y ahí está. En esta ocasión me ha copiado un poco mi outfit: chaqueta negra, camiseta negra, pantalón vaquero y converses.
–Hola Sofía. ¿Qué tal?
– Bien, vamos que hace frío.
Entramos en casa y nos dirigimos a la sala donde damos las clases.
Nos sentamos como la otra vez. Uno enfrente a otro.
– Sofía, si no te importa siéntate a mi lado. Me resulta más fácil explicar así.
– Vale.
Coloco la silla a su lado y me siento. Creo que nunca hemos estado tan cerca.
– Bien Sofía, antes de nada quiero hacerte una pregunta y que seas muy sincera. ¿Qué hacías ayer pasando por delante de mi casa, tirándote al suelo y huyendo de mi?
– Otra vez. David te dije ayer que no era yo. Te habrás confundido.
– ¿Dónde estabas ayer a esa hora?
– Yendo al gimnasio.
– Comprendo. Short negro y camiseta gris, ¿puede ser?
– No, nunca me pondría una camiseta gris para ir al gimnasio. ¿Podemos empezar la clase?
– Está bien.
Creo que David está enfadado, pero yo sólo estaba pasando por la calle, la cuál es de todos.
Durante el resto de la hora hay bastante tensión.
– Vale David, era yo. Lo siento. Suelo pasar por allí para ir al gimnasio y cuando te vi pensé que ibas a tener la impresión de que te estaba vigilando o algo así, y por eso reaccioné de esa manera.
– ¿Ves como no era difícil aceptarlo? Ya sé que pasas por ahí siempre, alguna vez te he visto, pero no quiero que actúes como si hubieses visto un fantasma cada vez que te encuentras conmigo.
– Está bien, lo siento.
– Da igual. Venga, vamos a seguir.
El resto de la clase se da en un ambiente mucho más relajado e incluso llegamos a bromear.
– Bueno Sofía, damos por finalizada la clase de hoy. Si tienes alguna duda me escribes. Nos vemos el lunes.
– Toma, el dinero. Gracias y lo siento por lo de ayer. Hasta el lunes.
Cierro la puerta y recojo las cosas. Que vergüenza he pasado, joder. No sé por qué tengo que ser tan sincera. Un momento, ¿dijo que alguna vez me había visto?
Le pongo la correa a Thor y cojo las llaves. Hoy mi madre llegará más tarde.
Decido no pasar por la casa de David, hoy tomaré un nuevo camino.
Me pongo música y voy corriendo, necesito despejarme.
Cuando ya estoy cansada decido volver a casa.
Voy a hablar con mis amigas, tengo que proponerles un plan.

ESTÁS LEYENDO
Mi profesor de francés.
RomanceSofía necesitaba ayuda en francés pero no pudo imaginar que su profesor iba a ser un universitario atractivo que cambiaría totalmente su vida.