Mi profesor de francés.

XXIX

- Hola Sofi, ¿preparada para la clase de hoy?

- Como siempre.

Nos sentamos uno al lado del otro, como siempre. Miró que tuviera hecha la tarea y empezó a explicarme, pero hoy no podía concentrarme. Se había comprado un perfume nuevo que me ponía demasiado y hoy estaba demasiado guapo. No podía parar de pensar en como sería besarle ahora mismo, con la adrenalina por las nubes por si alguien nos pilla. Nunca habíamos hecho nada en mi casa, lo poco que había pasado siempre había sido en su casa o en la calle.

- ¿Entendido, Sofía?

- ¿Qué? Ah, si.

- ¿Me estabas escuchando? A ver, dime lo último que he dicho.

¿Qué hago? ¿Me invento algo y ve que no le estaba escuchando? O mejor aún, ¿me lanzo y hago mi fantasía realidad?

- ¿Sofía? ¿Estás aquí?

Y me lancé. Le besé como si no hubiera un mañana, y él me correspondió. Apartó de un manotazo todas las cosas que habían encima de la mesa y me senté. Él se puso de pie y enrollé mis piernas alrededor de su cintura. Nuestros besos eran cada vez más intensos, y prácticamente nos habíamos olvidado de dónde estábamos. Comencé a sentir una erección presionando mi pantalón. Y aunque sabía que esto no estaba bien, llevé mi mano hacia allí y pude tocar lo que tanto tiempo había soñado.

- Sofi, Sofi para que esto se nos va de las manos. Tu madre puede llegar en cualquier momento y si nos ve así yo pierdo el trabajo y tú a tu profesor de francés.

- Qué más da, además ella está en su cuarto con su novio.

- Sofi en serio, me encantaría seguir con esto pero ahora mismo no quiero arriesgarme. Si quieres... puedes venir a verme después. Te invito a cenar y vemos una peli.

- Bof, está bien. Mira que eres aburrido. Y yo que pensaba que te daba igual todo... pero vale, tú mandas, eres el profe.

Me senté de malas formas. David se la colocó y se sentó a mi lado. Y justo en ese momento se abrió la puerta.

- Hola David, ¿cómo vais? He pensado que como se acerca la época de exámenes finales vengas más días si puedes. Teníamos acordado los lunes y miércoles pero si puede ser un día más sería genial. Evidentemente me dices cuánto sería y la hora y lo cuadramos todo. Bueno, piénsatelo. Os dejo que sigáis.

M a d r e m í a. Por qué poquito. Se me ha bajado todo el calentón de una, y por lo que veo a David también.

- Te lo dije Sof, menos mal que aún me quedaba algo de sangre en la cabeza, si no tu madre nos pilla. Dios, me siento como un crío de quince años haciendo algo malo.

- ¿Algo malo? - no sabía como tomármelo.

- No Sofi, pero me siento como un crío de nuevo, y eso me encanta. Entonces... ¿te apuntas a lo de esta noche?