BTS' DANCER | JK

028

[...]

— Querido diario; no he pasado San Valentín al lado de mis chicos; al lado de Jungkook. Tampoco he celebrado el cumpleaños de Hobi. Realmente quería abrazarlo, decirle lo mucho que lo quiero y darle un gran regalo. Pero ya nada de eso es posible. Por lo menos pude llamarle y escuchar su voz. Los extraño muchísimo. ¿Qué debería hacer-

— ¡Deberías cerrar la boca y dejar de leer lo que escribes! ¡Son las jodidas tres de la mañana!

— ¿Puedes callarte? Estoy escribiendo en mi diario.

— ¿No puedes escribir en silencio?

— Nop.

— Mañana le diré a la asesora que ya no quiero compartir cuarto contigo.

— Vaya, me ahorraste el trabajo. —me aclaré la garganta— Como iba diciendo; ¿qué debería hacer para acostumbrarme a esta vida que ahora llevo? He retomado mis estudios en la Universidad desde hace ya una semana y sigue sin gustarme. ¡Oh Susana, me haces mucha falta! —grité.

— Me doy por vencida. —me querida compañera de cuarto bajó de su cama y caminó hacia el baño— Estoy harta de ti, Jones.

— Yo también te quiero, Moon.

Bufó y cerró la puerta con fuerza.

Hice a un lado mi cuaderno, en el cual no había escrito nada —pero realmente me sentía muy mal por ya no estar con los chicos— y suspiré dejándome caer en la cama. Amaba hacer enojar a Moonbyul, con quien compartía habitación. Esa era la única cosa que podía hacer para divertirme estando en la Universidad. Sólo había hablado con ella, ya que los demás aún no podían acostumbrarse a la presencia de una extranjera/latina. Otras, querían matarme porque estaban enteradas de mi supuesto ex-noviazgo con Jungkook. No las culpo, yo también mataría a cualquier chica que se acercara a mi carita de rata.

[...]

— Necesito que hagan un resumen del tema de-

— Ouch. —me quejé y dejé de ponerle atención a la maestra para concentrarme en la bola de papel que me habían lanzado.

"Deberías irte de la escuela si no quieres recibir una golpiza."

Rodé los ojos y tiré el papel al suelo. Siempre eran los mismos mensajes. Desde que había entrado, recibía un número infinito de amenazas al día.

— Señorita Jones, ¿qué fue lo que dije? —preguntó la profesora de Historia.

— No puse atención porque alguien me lanzó una bola de papel.

— ¿Quién lo hizo? —la profesora enarcó una ceja.

— Esa chica nueva está loca. Nadie ha lanzado bolas de papel, ¿verdad chicos? —la jefa de grupo hizo frente.

— Si no dicen quién fue, todos se quedarán a hacer el aseo, a excepción de la señorita Jones. —todo el salón se quedó callado— Bien, comiencen a limpiar, Jones, puede retirarse.

Asentí con la cabeza y guardé mis cosas a tiempo récord. Corrí a mi habitación chocando con algunas personas y me tiré en la cama a llorar. Esto era imposible. ¿Tan débil soy que no pude resistir un par de semanas más?